"Más que enseñarle a ella, nos enseñó a nosotros"

Shelbey fue la primera yegua con la que se hizo Ismael Pilar y con ella compite en concursos de andadura y hace rutas por la zona
Ismael Pilar con la yegua Shelbey, su loro y un perro. JOSÉ Mª ÁLVEZ
photo_camera Ismael Pilar con la yegua Shelbey, su loro y un perro. JOSÉ Mª ÁLVEZ

La pandilla de amigos de Ismael Pilar Mateos hizo que se aficionase al mundo del caballo hasta tal punto que forma parte de la asociación O Landro y ofrece rutas en el establecimiento familiar de casas hobbit en Galdo, donde asegura que "se aceptan todo tipo de bichos". Su preferida es la yegua Shelbey, nombre que le puso un amigo por el coche Mustang. Con ella compite en andadura. "Es a la que más cariño le tengo, la utilizo para paseos y rutas, es la que suelo montar yo. Fue con la que empezamos, más que enseñarle nosotros a ella, nos enseñó ella a nosotros", indica Ismael, quien añade que él y su hermano solo habían montado antes caballos en una granja escuela.

Shelbey tiene 6 años. Su dueño dice que "nunca nada malo hizo, ni renegó. Cuando subes a un caballo siempre llevas algún sustillo, pero con esta todo fue sobre ruedas", señala. La yegua es uno de los équidos que usan para las rutas. "Hacemos paseos de una hora o rutas de dos horas y media por el entorno de Galdo, Landrove e incluso suben al monte Castelo. Puede acudir cualquier persona, esté alojada o no en el establecimiento. Los niños pueden montar a partir de los 10 años y los pequeños pueden dar paseos en pony por la finca", explica y añade que siempre va un guía y antes dan unas nociones básicas. Para diferenciar los caballos emplean capas de colores.

Los usuarios suelen ser familias, parejas o grupos de amigos. "Los fines de semana siempre hacemos y por la semana depende de cómo esté el tiempo, en temporada baja tenemos menos que en verano. En las reservas tienes la opción de hacer actividades y pueden solicitarse", apunta. Ismael dice que la gente acude "por la experiencia" y más de uno repite. "Lo que más les gusta es que sean trotones, pura sangre, con un físico distinto, bajos y anchos, del país", detalla.

Ismael asegura que el caballo "siempre me pareció un animal muy noble y al mudarnos para la casa de campo, acabamos comprándolos". Su cuidado conlleva un gasto. "Intentas ahorrar lo máximo teniendo los caballos en los campos, pero hay que comprar pienso de mantenimiento, forraje y hierba seca, además del herraje de los pies una vez cada mes. Para el invierno tienen mantas de exterior para que no se mojen y otras de interior en la cuadra".

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