Manolo de Lar: "Escribo, pero no tengo ninguna ambición literaria, es más una necesidad"

Dueño de Gráficas Lar, en Viveiro, Manolo de Lar es un apasionado de la escritura. Ya cuenta con algún volumen publicado y prepara otro. Además, ama el mar y, tras unos años apartado, quiere volver a volar en parapente

Manolo de Lar
photo_camera Manolo de Lar. AMA

Ccon el corazón encogido por el fallecimiento de su padre hace apenas dos meses nos recibe en Gráficas Lar Manolo López, más conocido por Manolo de Lar (Galdo, 1956). Multidisciplinar, transmite cariño en la distancia corta. Le gusta escribir —ha publicado varios libros—, disfruta volando en parapente, juega al ajedrez "pero pon que lo hago mal" y es un amante del mar. Un soñador al que la crisis, dice, le ha costado la salud.

¿Cómo le dio a usted por montar una imprenta?

Fui a echar una mano a la imprenta Neira, que publicaba el Heraldo de Viveiro, y me cautivó. He tenido la suerte de vivir toda la transición, desde cuando trabajábamos con la técnica de Gutenberg hasta nuestros días.

¿Qué recuerda de su infancia?

Soy de una aldea pequeña, de Catarou, un lugar idílico y apartado. Recuerdo que venir a Viveiro a comprar algo de ropa era todo un viaje. Es una apasionado de la bici. La afición por la bici la heredé de mi padre, que escuchaba la radio cuando Bahamontes ganó el Tour o la Vuelta. Entonces había que hacer algo de deporte y cogí la bici y creamos la Peña Ciclista Lar, que sigue vigente hoy en día.

¿Lo echa de menos?

Echo de menos hacer algo de deporte, pero ahora he recuperado otra afición que dejé hace dos dé- cadas. Volar.

¿En parapente?

Sí. La última vez que lo hice fue en 1998. Volé por Galicia, norte de Portugal, Asturias. Y ahora me ha picado de nuevo el gusanillo y he comprado un parapente nuevo que todavía no he estrenado.

¿Qué vuelo le marcó?

Por Quiroga. Es muy bueno por las condiciones meteorológicas y por la belleza de valle del Sil.

Tiene vena de escritor también.

Sí, pero sin ninguna ambición literaria, y eso que tengo fácil publicar. Escribo para mí, es una necesidad, aunque ya tengo un par de libros publicados y ahora estoy con otro entre manos.

¿Escribir es su terapia?

Me gusta escribir. Pero en el mundo que vivimos, con tantos viajes, trabajo... Necesito tranquilidad mental para escribir.

¿Qué libro tiene en su mesilla?

Me gustan los relatos breves. Mis libros de cabecera son ‘El extranjero’ de Camus, ‘El viejo y el mar’, de Ernest Hemingway , y los clásicos, como el pensamiento griego. ‘Los diálogos de Platón’, por ejemplo, porque aunque los releas siempre te dicen algo.

¿Cómo ve el futuro de Viveiro?

El futuro está muy asociado a los errores cometidos en el pasado a raíz de las cuales sufrimos carencias en cuanto a las vías de comunicación, y eso en el aspecto industrial se va a notar. Y sé de lo que hablo, porque trabajamos para todo el Noroeste peninsular. No soy demasiado optimista y culpo de ello a la sociedad, porque avalamos con el voto lo que están haciendo.

Otra de tus pasiones es el mar.

Sí. Navego desde hace unos 15 años. Fue gracias a mi amigo Tito Villarmea, que compró un velero y empecé a salir con él.

¿Qué te aporta el mar?

En el mar se produce una catarsis positiva. Te encuentras a ti mismo porque la mayoría de las veces navego solo. A veces te produce inquietud, pero también paz, quietud, equilibrio. Pero para nada soy un marinero experto. Los viajes que hago están condicionados por la prudencia.

¿Cuál fue su mejor viaje en barco?

Hace dos años fue a Lisboa desde Viveiro y regresé. Y este año tenemos preparado otro viaje, pero en un barco que no es mío, con otras tres personas, donde iremos desde Viveiro a Azores, Madeira, Canarias y regreso a Viveiro. Tengo ganas de jubilarme para disfrutar más del mar.

Hablando de jubilación, ahora el tema está en la calle.

Estoy seriamente preocupado. Si se hicieran las cosas bien podríamos tener más confianza de la que tenemos en los que lo gestionan.

¿Qué espera de la jubilación?

Tendré más tranquilidad y más tiempo para navegar y escribir.

¿Cambiará de residencia?

A mí no me importaría irme a vivir a otro sitio más cálido, pero aquí está mi familia y mis amigos. Lo que no descarto es pasar largas temporadas en el barco viajando, por el Mediterráneo, por ejemplo.

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