Una lucense busca a las personas que la rescataron de niña en Viveiro

Rosana Rodríguez y otra amiga nadaban en la playa de Covas cuando las arrastró la resaca y olvidó casi todo, sin poder concretar el año
Rosana Rodríguez Lamela, con su madre Ascensión, en Covas. ARCHIVO R. R.
photo_camera Rosana Rodríguez Lamela, con su madre Ascensión, en Covas. ARCHIVO R. R.

La lucense Rosana Rodríguez Lamela busca cerrar un capítulo de su vida que desde niña le ha acompañado en sus pensamientos y rezos. Quiere encontrar a las tres personas, o a los descendientes que pudieran tener, que durante uno de sus veraneos en Viveiro la salvaron de morir ahogada en la playa de Covas cuando, con diez años, disfrutaba sin temor de un baño cerca de Os Castelos y la resaca la llevó mar adentro.

Todo sigue un tanto confuso para Rosana que, de luchar contra la corriente y recibir el apoyo de un señor mayor y los brazos salvadores de otra pareja adulta, se vio en mitad de un corrillo de gente mientras trataban de reanimarla. Un suceso para olvidar, sobre todo en la rapidez de acontecimientos con los que transcurre la niñez. Sabe que ocurrió en el mes de julio, que era el que solía pasar la familia en Covas, pero ni siquiera tiene claro el año. Posiblemente, verano de 1973 o 1974, pero un primer vistazo a la hemeroteca no permite seguir más pistas.

Tras fallecer su madre, que ese día se encontraba con ella en la playa, ahora pide ayuda para encontrar a sus benefactores, aunque las llamadas a Viveiro desde Oleiros, donde reside, de momento han sido infructuosas.

¿Por qué ahora? "Tengo una vida complicada y no es que me vaya a quejar más que otras personas con problemas y enfermedades, pero me pesa mucho, porque antes de morir mi madre, por circunstancias y al llegar la pandemia, lo fui dejando, cuando tenía el propósito de contactar con aquellas personas a las que no pude agradecer entonces el gesto. Y les debo la vida", explica.

"No sé si les pasó algo malo", se pregunta. Entonces sus padres no indagaron más pero ella recuerda que, tras verse arrastrada junto a otra niña por la resaca y los remolinos mientras nadaban cerca del monumento de Os Castelos "vino un señor mayor nadando y no sé si rescató antes a la otra niña pero vino a por mí. Creo que intentó sacarme y lo debía agarrar muy fuerte, quizás no lo consiguió y siempre he tenido la duda de si le ocurrió algo en el intento porque quedó flotando y después sí vinieron otro señor y una señora".

Cree recordar que la llevaron a ella hacia la arena y después se ocuparon del primer rescatador. "Recuerdo un corro de gente y a mi madre llorando mientras trataban de que expulsara el agua, porque allí volví a nacer", rememora.

Lo que sí tiene presente es que tanto ella como la otra niña -supone sería una compañera de juegos de playa en aquel día-, pidieron socorro en un primer momento y la desesperación de comenzar a hundirse sin obtener respuesta de los otros bañistas.

Un señor mayor creo que intentó sacarme y quizás no lo consiguió; tengo la duda de si le ocurrió algo malo, pues quedó flotando"

"O no nos veían o pensarían que se trataba de un juego, porque la playa de Covas no es brava; yo había intentado nadar hacia la orilla pero me alejaba la resaca y fui en la otra dirección, hacia unas barcas fondeadas, con la esperanza de poder subirme, que dicen es difícil", explica Rosana. "No me acordé durante años", asegura. Quizás trató de borrar de su mente el mal trago y asume que "son circunstancias de la vida y mi madre seguro que durante años lo pasó mal, a pesar de no tener culpa, nos cuidaba y estaría con la madre de la otra niña".

Sabe que Ascensión Lamela García, no se lo contó en un primero momento al marido, Jesús Rodríguez Muinelo, que así se llamaban sus padres, por no preocuparlo más o recibir las culpas.

Rosana, que fue alumna del cole Rosalía de Castro, dice que, no obstante, siempre ha tenido a aquella gente que la ayudó en sus oraciones y "con preocupación por lo que les ocurrió a los tres; el primer señor probablemente habrá fallecido porque era mayor que mi madre, quien murió con 98 años", pero sobre los otros dos que la rescataron tiene más dudas. De ahí que se haya decidido a contar la historia a El Progreso por si alguien pudiera ayudarle a dar con ellos o recuerda ese momento.

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