Una manada de lobos se cobró la vida en la madrugada de este jueves al viernes de una yegua parda, de unos dos años de edad, propiedad de ganaderos de la comunidad de montes San Roque de Viveiro. Agentes del Seprona de la Guardia Civil avisaron este viernes por la mañana del hallazgo de la res en el monte O Penedo do Galo.
Los comuneros acudieron al lugar para identificarla, pero resultó imposible porque los depredadores devoraron la parte del cuerpo en que el animal tenía el microchip. Además, en el monte hallaron huellas de varios ejemplares, por lo que creen que al menos fueron tres los lobos implicados en el ataque. "Foi unha desfeita, ao ser una besta adulta se fose un só animal podía defenderse a patadas", explica el presidente de la comunidad, Carlos Méndez.
También saben que el ataque se produjo a unos 50 ó 60 metros de distancia del lugar donde fue localizada la res, puesto que "foi perdendo sangue, supoñemos que tratou de esconderse, pero perseguírona e acabaron con ela". Apareció cerca del curro.
La normativa sufrió modificaciones en los últimos años en cuanto al tratamiento que se puede dar a la res muerta, que antes podían enterrar los propios dueños en una fosa con cal viva, pero una orden posterior lo impidió y la Administración enviaba un camión para retirarla. Sin embargo, con el último cambio normativo, tiene que quedar en el terreno para servir de alimento a las aves de rapiña y otros depredadores.
