Las vacas no esperan

Bautista Vivero realiza sin mayores inconvenientes su trabajo en granjas de vacuno de la comarca, en las que la crisis sanitaria coincide con un pico de partos que no puede desatender. Guantes, mascarilla y distancia son elementos imprescindibles estos días
El veterinario mariñano Bautista Vivero.
photo_camera El veterinario mariñano Bautista Vivero.

BAUTISTA VIVERO suma casi tres décadas trabajando como veterinario en A Mariña, principalmente en explotaciones de vacuno. Es una tarea que no ha dejado de realizar estos días por causa del coronavirus ya que es una época de mucha actividad y que hace sin más inconvenientes que mostrar la certificación colegial que lleva en su vehículo cuando lo paran las autoridades en la carretera y aumentando las distancias de seguridad y medidas higiénicas, que aplica tanto en su labor profesional como en su propia casa.

"Estes días xa me pararon varias veces, pero ensínolles o papel e sen problema", dice el veterinario, que se mueve por toda la comarca aunque más frecuentemente por municipios como O Valadouro, Alfoz o Foz. Tanto él como sus clientes aplican el distanciamiento social. "Antes eramos un pouco máis próximos e agora andamos algo máis distantes os uns dos outros", señala, a lo que suma el uso continuo de guantes ya habitual de por sí en su trabajo y ahora también el de la mascarilla, especialmente si en alguna de las explotaciones que visita se reúnen varias personas.

Vivero cuenta que cuando se inició el estado de alarma se habló de que los veterinarios atendiesen solo urgencias, pero él sigue con el mismo nivel de actividad. "Hai cousas que se podes deixar para cando pase isto, déixalas, pero a xente segue requirindo os mesmos servizos de sempre", dice este profesional, que añade que ahora en primavera "é unha época forte de partos das vacas e temos que estar aí para botarlles unha man".

Bautista Vivero observa en las zonas rurales por las que se mueve que la vida sigue igual, "as ganderías seguen facendo o seu traballo normal e o sector forestal tamén está traballando", aunque ahora ve "cousas que non vías antes", como en los viajes en coche en que van dos personas "seguindo as normas establecidas, case todo o mundo con mascarilla e en posición cruzada un diante e o outro detrás gardando as distancias". Ve que la mayoría de la gente acata las obligaciones del estado de alarma ya que el avance de la pandemia también llevó el temor a estos lugares. "Nesta zona hai poucos casos pero a xente ten medo. Igual que hai quince días tomabamos isto como se fose unha gripe pequena, agora os datos dos mortos están aí", indica, para añadir como anécdota que antes cuando era "día de cobro" había cola delante del banco, pero "agora parece que vai ir un pouco máis espaciado".

Otros aspectos que cita por los que se lleva mejor el confinamiento en el rural es que "a xente das aldeas non ten esa necesidade de ir todos os días ao súper, tira de conxelador e sobrevive", además de que continúan los repartos a domicilio de pan, pescado o servicios de alimentación, "todos con mascarilla".

El veterinario tiene la teoría de que "cando o país vai coma un tiro, o campo vai mal, e cando o país vai mal o campo mellora", por lo que cree que el sector primario, también el de la comarca mariñana, puede salir reforzado de esta crisis. "Cando todo vai moi ben é moi fácil traer os plátanos de Costa Rica ou a carne de Arxentina, pero se pechan as fronteiras non se pode aguantar todo isto se non temos aquí o campo, que é o que nos está alimentando. Estase tirando moito do leite, vemos os invernadoiros funcionando a tope, a xente botando os hortos para autoconsumo...", comenta Vivero, que opina que "habería que levantar un pouco o pé do acelerador da globalización e volver un pouco para o rural". "Os madrileños escaparon todos para aquí en canto puideron", ironiza con la situación que también se vio en A Mariña de gente regresando a sus lugares de origen o segundas residencias al desatarse la crisis sanitaria.

Bautista Vivero ve futuro en el campo mariñano, donde en sus años de experiencia profesional recuerda que antes había pequeñas explotaciones de leche en todas las casas pero en los últimos veinte años "a xente foise pasando á carne", a excepción de contadas granjas lácteas que son "cada vez máis profesionais e máis grandes". El trabajo en este ámbito "é vocacional", dice, y cree que debería haber más ayudas para la gente joven que quiere incorporarse y eliminar las que siguen percibiendo personas jubiladas. "As axudas teñen que darllas á xente profesional que está cotizando e que quere vivir disto", afirma.

En casa

Es el único que sale a la calle y está 'apartado' del resto

Las precauciones que toma Bautista Vivero en su trabajo se ven incluso incrementadas a nivel familiar. "Na casa teño á muller e ao cativo recluídos e temos ao lado a meus sogros, dúas persoas maiores. Eu son o que saio da casa e fago todo, as compras, vou á farmacia... e téñenme un pouco ‘apartado’. Estou noutra habitación, uso outro baño, non meto o coche no garaxe... tomas unhas medidas porque nunha casa non é o mesmo que caia un que que caian todos", dice.

Desde Barcelona
Su hijo estudia Biotecnología en la Universidad Autónoma de Barcelona pero cuando se suspendieron las clases lo fueron a buscar sus tíos, "20 horas de coche" entre ida y vuelta para que no viniese en transporte público y evitar riesgos. Ahora realiza prácticas online aunque cree que el curso se dará por terminado.

Máis en A Mariña
Comentarios