La décima edición del Foro Comunicación y Escuela vegadense permitió disfrutar del discurso del humanista y jurista madrileño de 83 años Antonio Garrigues Walker. El letrado continuó la estela de su padre, quien fuera abogado y asesor de políticos como los Kennedy en Estados Unidos, además de una especie de visionario, ya que se atrevió a abrir un despacho en la Gran Manzana neoyorquina en los años setenta. El bufete del que sigue siendo presidente de honor su hijo Antonio, está presente en varios países, desde Nueva York hasta China. Asesor de políticos y empresarios y viajero incansable, Walker es consciente del riesgo de la época: "Hay que seguir luchando por la democracia frente al auge de los totalitarismos".
"En China y Rusia vemos la concentración del poder político en una sola persona. El señor Trump no dialoga con nadie, expulsa a aquél con el que discrepa y ha eliminado al 50% de los cargos nombrados. Vivimos en un mundo donde hay un Brexit en Inglaterra, que ha dividido a un país por el miedo a la inmigración. Hungría y Polonia están llegando a sistemas próximos a la dictadura. Con todo, no creo que se busque el caos, pero haríamos bien en vigilar que las democracias se fortalezcan", opina el jurista, quien no se imagina otra Guerra Mundial "porque el miedo a la destrucción del mundo no podemos aceptarlo".
Garrigues no puede imaginar otra Guerra Mundial, pero aprecia un severo perjuicio en la falta de diálogo de políticos como Donald Trump "que ha eliminado, por discrepancias, al 50% de los cargos elegidos" y un verdadero riesgo en la concentración del poder en una sola persona en Rusia y en China
Garrigues parafrasea y ensalza a mujeres como la exsecretaria de Estado de los Estados Unidos, Madeleine Albright, "quien advirtió de que ahora la tendencia hacia sistemas fascistas es más peligrosa aún que tras la Segunda Guerra Mundial". De Angela Merkel loa sus virtudes cívicas y confía en que si Francia y Alemania logran un buen liderazgo y entendimiento, Europa podría vivir el renacimiento que necesita, "porque quien manda en el mundo es Estados Unidos", recuerda. "Atomizarse no permite capacidad de reacción y prescindir solo de la soberanía de la moneda, cuando están apareciendo ya las criptomonedas, parece un esfuerzo escaso por unirse", añade.
Respecto a Cataluña, cree que el auge de los nacionalismos es generalizado, "pasa en Italia con la Liga Norte, en Baviera en Alemania, etc.". Si bien opina que hasta ahora el sistema autonómico ha dado "buen resultado", argumenta que el independentismo "ha logrado la mayoría en el Parlamento" y espera que propongan a un líder que no tenga problemas con la Justicia para poder luchar por la independencia "desde el marco legal existente".
"El caso de Cataluña es delicado. Creo que ya están trabajando por buscar un buen líder que no tenga problemas con la Justicia para poder luchar por sus objetivos desde el marco legal. Lo que ocurra afectará a España y a Europa, por eso hay que actuar con mesura y diálogo", conviene el jurista
Tanto él, como el exfiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, (a quien el padre de Garrigues, entonces ministro de Justicia, le entregó el despacho de fiscal en 1976), creen que no se debe culpar a la Justicia de que haya prófugos y aconsejan no "dramatizar con un asunto que se sigue de cerca en Europa porque afecta a todos". Opinan que Alemania se equivoca en no extraditar, pero insisten en respetar la independencia de los tribunales y la legitimidad de las instituciones.
Ambos abogan por un gran pacto de estado, que sirva también para lograr una Justicia más rápida, cercana al ciudadano y el cambio de una ley procesal que viene del XIX. "Es una lástima que los partidos no encuentren un momento para sentarse a dialogar", remarca el fiscal Torres-Dulce.
FORO. Decenas de estudiantes de la comarca Oscos-Eo, alcaldes y vecinos, asistieron a la charla en la que el jurista madrileño elogió la labor educativa del foro vegadense dirigida a unos jóvenes que son "nativos digitales y que van a vivir más de cien años". Garrigues lo dijo pocos días después de haber presentado ‘La muerte de la muerte’, de José Luis Cordeiro y David Wood, una obra que permite pensar en que "tal vez se llegue incluso a vivir eternamente", por lo que conviene retrasar la edad de jubilación y emular otros sistemas de pensiones que se adapten a la situación de España, opina.
Garrigues es también presidente de honor de la ONG Acnur y le preocupa especialmente el asilo a los refugiados. "Si hubiera una política común en Europa, no sería problema. Además, estamos obligados a aceptarlos por ley y tenemos que dar una lección. Merkel lo hizo al abrir las puertas a 1,2 millones de personas. Eso hizo surgir la creación de un partido xenófobo que ya tiene presencia en el Parlamento. La idea de crear un muro con México gustó a mucha gente en Estados Unidos, donde más del 82% de la riqueza se concentra en apenas un 5%. En España por ahora el número de refugiados es pequeño. Pero a todo ello, a todos esos peligros, hay que enfrentarse, es algo por lo que hay que luchar y ya son 50 millones de personas las afectadas por auténticas tragedias personales", sostiene. Y profundiza al afirmar que "una de las grandes transiciones que debemos asumir en la actualidad es la de la ética. Ayudar es ser ético y hacer lo que debemos nos conduce a la felicidad", sostiene.
A los jóvenes a los que se dirigió les recordó que "que este país vivió muchos años sin libertad, ni respeto por los derechos, en el sentido de ahora. Hubo una época sin democracia", que es un sistema político que "no deben dar por sentado, que hay que conservar". Y destacó el periodo de la Transición porque "fue tan admirable que se estudia en China o en Japón: fue un ejemplo de diálogo, de anteponer el verdadero interés común frente a otros, para pasar de una España aislada a otra integrada".
Ahora, el principal reto será el de la mujer. "Yo he vivido una época e la que todos los hombres éramos machistas. El feminismo ha tenido que luchar y aún ha de hacerlo porque todavía quedan reductos de machismo enormes". Otra transición pendiente, en opinión del jurista, es la de la ética: "Hay un gran déficit ético y de virtudes cívicas", afirmó antes de elogiar la labor del foro comunicación y escuela que contribuye a "crear una sociedad civil culta, creativa, humana y preparada".
