Falleció en Ribadeo el que fuera consignatario desde 1966 Antonio Pertejo

El empresario fue homenajeado por Acisa por su carrera ► Siempre defendió la gran importancia del puerto de Mirasol
Antonio Pertejo. AEP
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La localidad ribadense perdió a uno de sus empresarios más destacados de las últimas décadas, particularmente del puente entre finales del siglo XX y los primeros años del XXI, el consignatario Antonio Pertejo, propietario de la firma que llevaba su apellido y por el que era conocido popularmente en Ribadeo.

Antonio Pertejo Castaño trabajó siempre estrechamente vinculado al puerto comercial de Mirasol, convirtiéndose en uno de sus grandes defensores y expresando siempre con cierta pena que no se le conseguía sacar toda la importancia socioeconómica que por potencial podría tener y que él supo ver, aunque indicaba que la sociedad ribadense, en general, no era consciente del movimiento económico que se generaba allí y que repercute en toda la localidad de Ribadeo.

Antonio Pertejo, que vivió vinculado estrechamente al mar, era sin embargo de origen secano. Su familia procede de Zamora pero con solo cuatro años él recaló en Ribadeo, a donde habían destinado a su padre, que era director del entonces Banco Herrero. Se formó como gestor administrativo y agente de aduanas y aunque empezó a trabajar en Mirasol en 1960 fue seis años más tarde cuando abrió el negocio por el que iba a acabar siendo más conocido.

Sobre ese inicio habló él mismo en la gala de Acisa en la que la patronal ribadense le reconoció su carrera: "Por una casualidad un cargador de madera importante de Ribadeo me animó para hacerme consignatario de buques y esta profesión fue a la que dediqué mis mayores esfuerzos, pues aparte de ser la más rentable, disfrutaba con los éxitos que poco a poco fui consiguiendo".

Esos logros, en realidad, se acababan por hacer extensivos a la sociedad ribadense en su conjunto, ya que la entrada de un barco en Ribadeo genera un movimiento económico que afecta a todo el pueblo.

Por eso recordaba que al principio la pasta de papel de la celulosa de Navia "se quería cargar por otro puerto. Con la magnesita estaban indecisos de qué puerto escogerían para las operaciones. Apareció luego la carga de caolín y también la de madera". Allí reconoció que "ahora podemos ver un puerto pequeño en tamaño pero dotado de todos los medios necesarios para cumplir con todos los clientes y con cualquier trabajo que se presente", algo en lo que él fue decisivo.

Siempre destacó la importancia del puerto PIF
La consecución de la denominación de Puerto de Inspección Fronteriza (PIF) para el muelle de Mirasol fue un punto y aparte que Antonio Pertejo siempre destacó por la importancia que aseguraba que tenía para poder hacer evolucionar el puerto ribadense y que no se quedase estancado. Reconoció que se consiguió "con mucho papeleo y con muchísimos viajes", pero también que eso había sido algo decisivo.

Sus herederos continúan con la consignataria que fundó, que llevan desde hace ya unos años.