Alcoa, una fábrica en mitad del mayor sumidero de CO2 del noroeste

Las alegaciones al estatuto electrointensivo inciden en solicitar compensaciones máximas de costes indirectos por emisión de gases
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photo_camera Complejo industrial de Alcoa visto desde montes de A Senra, en Cervo. D. V.

El veto de la Unión Europea al mecanismo de interrumpibilidad para compensar los altos costes de la energía en la industria electrointensiva española ha llevado al Gobierno y a las propias empresas a reclamar un mayor uso de otro recurso, el de los pagos en compensación por emisiones de dióxido de carbono (CO2), pensados para evitar la deslocalización de fábricas como la de Alcoa, y así evitar que se lleven su producción a países menos escrupulosos con la contaminación. La propia Alcoa en sus alegaciones, como la Xunta, apunta la necesidad de maximizar dichas compensaciones de costes indirectos en su factura eléctrica por emisiones de gases de efecto invernadero para conseguir una rebaja sustancial del precio del megavatio hora este año. Podría alcanzarse un nivel de 9,4 euros/MWh este año pero debería tener un respaldo presupuestario y la autorización de la Comisión Europea hasta 2031.

El resto de exenciones fiscales, por ejemplo la que se pide sobre el 80% del coste de transporte eléctrico, aportarían menos rebaja (unos 4,2 euros/MWh) en caso de aprobarse y en este momento tan crítico para el futuro de la fábrica y A Mariña entera surge la gran paradoja: los dos distritos forestales con mayor capacidad de absorción de CO2, el I de Ferrolterra y el VI mariñano, pueden perder en breve sus mayores industrias: As Pontes y San Cibrao.

La gran aportación de los eucaliptales, altamente eficientes en la fijación del dióxido de carbono al suelo a través de la fotosíntesis en el denso follaje, apenas aporta contraprestación fiscal para su gran industria. Galicia, Asturias y Cantabria conforman la gran mancha verde del norte, ¿conseguirán que el Gobierno eleve hasta el máximo de 300 millones anuales la compensación por emisiones indirectas de CO2?, ¿podrán esgrimir la eficiencia de sus bosques como pulmón peninsular?

¿Qué es un sumidero de CO2?

Las masas forestales arboladas son capaces de absorber grandes cantidades de CO2 —principal gas de efecto invernadero y responsable del calentamiento global—, transformándolo en madera a través de la fotosíntesis y devolviendo oxígeno (O2) a la atmósfera. Cuanto mayor es la densidad del follaje, más contenido de carbono se fija, fertilizando los suelos y árboles. Se calcula que entre los bosques y plantaciones son capaces de reabsorber un 30% y otro 25% lo capta el océano a través del placton, algas, peces... Así se compensa parcialmente la liberación de CO2 por la combustión de combustibles fósiles. A raíz de la firma del Protocolo de Kioto se cuantificaron esas absorciones en un registro y lo que exceda dicha capacidad certificada debe acudir a un mercado de derechos mundial, comercio cada vez más caro para las industrias debido a los procesos especulativos.

Desde Galicia, Asturias y Cantabria reclaman dedicar hasta 300 millones en compensaciones por CO2 a la industria electrointensiva

Según explica el director de la Asociación Forestal de Galicia, Francisco Dans, "o Estado español fixo inventario en 1990 onde xa dicía o secuestro de carbono que tiñan os montes e que xa está compensado; só poderían computarse a maiores as novas superficies rasas que se planten, e na Mariña non son moitas". Los propietarios forestales podrían inscribirse a través de la Oficina del Cambio Climático del Ministerio para la Transición Ecológica donde les podrían comprar derechos de emisión pero hay que cumplir ciertas condiciones, como certificar superficies mínimas de una hectárea en coto redondo o mantener al menos 30 años la masa arbolada en el registro y en buenas condiciones.

¿Por qué el CO2 afecta a Alcoa?

Porque es el mayor consumidor eléctrico de España y los derechos de emisión al generar la energía, se los cargan en la factura. Por eso pide mecanismos de flexibilidad similares a los que existen en Francia y Alemania, país con las centrales que más daños ambientales causan en Europa. El podio de la contaminación lo encabeza la central térmica de carbón polaca de Belchatów y después están las germanas de Neurath, Niedereaubem, Jäschwalde, Weisweiler, Shawarze Pump, Lippendorf y Boxberg Werk IV.

Solo la naviera MSC (la de los cruceros y contenedores) y Ryanair se cuelan en ese top ten europeo, según datos de la oenegé Transport&Enviroment divulgados el pasado año. Las navieras, por cierto, exentas de pagar impuestos sobre su contaminante combustible, han incrementado exponencialmente sus malos humos mientras la UE aprieta a los automovilistas y fábricas. En cuanto a sus propias emisiones, en 2018 Alcoa aparecía en el puesto 45 de España con Alúmina en San Cibrao al enviar a la atmósfera 650.000 toneladas. La central de As Pontes era la instalación peninsular más contaminante al emitir 7,94 millones de toneladas equivalentes de CO2, por delante de otras como Aboño y la acería de Arcelor Mittal en Asturias, pero muy lejos de la lista negra germana. Además, la central de Endesa había realizado inversiones para reducir sus emisiones de óxidos de azufre y partículas, muy perniciosas. Entre los mayores contaminantes españoles también figuran la aerolínea Vueling (en el puesto 12) o la Refinería de Repsol en A Coruña (22), Si miramos las mayores emisiones per cápita de CO2 en el mundo, fundamentalmente desde centrales de carbón y transporte, EE.UU. y China son líderes, muy por delante de las registradas en la Unión Europea.

¿Más potencial del eucalipto?

Para defensores de esta especie como Enrique Candia, de Viveros Mañente, el eucalipto es visto como una gran oportunidad ambiental para la fijación de ese carbono. Mientras que en áreas tropicales se deforestan selvas que eran pulmones de la Tierra (Sudamérica, África, Australia Oriental e Indonesia) en las templadas crecen los planes de forestación con especies de gran capacidad de extracción de gases de la atmósfera y así frenar el cambio climático.

Los eucaliptales proporcionarían derechos adicionales de emisiones, además de los 205 millones anuales en madera y 5.500 empleos directos en Galicia

El eucalipto ha transformado el paisaje de hace un siglo con lomas peladas donde se plantaba el trigo y otros cereales de subsistencia pero lejos de verlo como un demonio, en el último número de la revista O Monte de la AFG, varios profesores resaltan su capacidad como sumidero de CO2, y ser menos exigente en el consumo de agua que otros cultivos como el maíz o las patatas.

"Os sistemas forestais de Galicia son un referente claro na península ibérica pois por superficie ocupan o sexto lugar entre as comunidades españolas pero presentan unha excepcional potencialidade como sumidoiro de carbono ao situarse no segundo lugar das reservas de carbono en biomasa forestal, moi próximas ás de Castela e León e moi superiores ás do resto de comunidades", señalan los doctores en Biología, Ciencias Químicas, Ingeniería de Montes y Ciencias Biológicas Rosa María Calvo, Felipe Macías, Antonio Rigueiro y Francisco Javier Silva, respectivamente.

Destacan que el stock medio de carbono en los suelos forestales gallegos es de 250 a 400 millones de toneladas, el 16% de todo el territorio español y la elevada productividad forestal ligada al clima y a los restos orgánicos están detrás de ello. La oportunidad económica del eucalipto incluso en terrenos pobres y con relevos acusados, favorecen este gran sumidero transformador de gases contaminantes.

La provincia no cuenta con ningún monte certificado para el secuestro de carbono

Para la consideración de sumideros de carbono, este debe ser contabilizable bajo los criterios del protocolo de Kioto. Por ejemplo, no se incluye el carbono almacenado en turberas como las de O Xistral (los humedales captan mucho) sino el aumento del CO2 absorbido para un período de actividades forestales y en un pequeño porcentaje anual, apuntándolo por debajo del potencial total.

En el caso gallego, con las forestaciones y reforestaciones desde 1990 el aumento sería demostrable pero apenas hay proyectos de certificación como sumideros de carbono, cantos de sirena para algunos expertos, respecto al problema global. Es más, en Lugo y Ourense no figura ninguno en la Oficina del Cambio Climático y tan solo hace unos días la Consellería de Medio Rural anunció el primer monte gestionado por la Xunta en la provincia que alcanza el certificado "ecosistémico" forestal FSC que "incorpora o secuestro e almacenamento de carbono". Fue necesaria una auditoría para obtenerlo para el monte vecinal en mano común de Saldanxe, en A Pastoriza. Se trata, más que nada, de una herramienta ante terceros para acceder a los mercados de la madera pero representa una anécdota en una comunidad que aporta el 60% de las cortas totales de España, y más en A Mariña, líder forestal junto con la provincia coruñesa.

En otras comunidades, incluso en Madrid, las grandes empresas eléctricas si tienen registrados proyectos de compensación de emisiones con áreas arboladas. En A Mariña, Alcoa acaba de culminar esta misma semana en Cuíña un plan de forestación con frondosas que abarcó distintos puntos de Cervo, pero no figura en el registro ministerial. Una de sus auxiliares, el Grupo Daorje que trabaja en la balsa de lodos rojos de Morás, sí tiene inscrito un proyecto de cooperación en Cantabria con árboles en el Pinar de Corconte.

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