Narcos: el misterio de la costa norte gallega

Un armador de Fazouro protagonizó en los años 90 las dos únicas grandes descargas de droga detectadas en la costa lucense, pero la sospecha de que hubo más siempre está ahí

Fardo con 25 kilos de cocaína encontrado en la playa de Cubelas en 2003. AEP
photo_camera Fardo con 25 kilos de cocaína encontrado en la playa de Cubelas en 2003. AEP

Como en esa leyenda urbana de la caída de ranas del cielo tras un temporal, la marea de la mañana del 7 de mayo de 1991, domingo, cubrió de fardos de cocaína la costa de Cedeira. No es extraño que lleguen paquetes de droga a las playas gallegas, esporádicamente, pero en este caso fue un auténtico aluvión: casi una tonelada y media de cocaína esparcida por el litoral.

La Policía miró al sur, donde están las estructuras tradicionales del narcotráfico gallego y, tres años después, detuvo al abogado arousano Pablo Vioque y a varios miembros del clan de Os Piturros. La investigación reveló que el responsable del desastroso desembarco había sido el Reina de la Paz, un pesquero de un armador de Fazouro (Foz), conocido por O Coe, que reclutó a dos marineros también mariñanos.

Pablo Vioque y otro arousano, Manuel Carballo, diseñaron la operación. Ellos tenían los contactos en Colombia y encargaron la logística a Os Piturros, que compraron un buque para la operación, el Dobell. A finales de enero de 1991 partieron desde el puerto de Vigo hacia Portimao, en Portugal, y de ahí a Suramérica. El Dobell cargó la droga y regresó a España. Ahí empezó la participación de los enlaces lucenses.

En 1992, por encargo de otro clan arousano, Os Paridos, llevaron hasta la plaza de A Marosa 1.400 kilos de hachís

El Dobell y el Reina de la Paz se encontraron a 40 millas de la costa, a la altura de Estaca de Bares, una mañana de mayo con el mar apuntando marejada. Realizaron el trasbordo de la carga, el Dobell volvió a Portugal y el pesqueño de O Coe enfiló rumbo a una ría de Cedeira, donde las zodiac iban a rematar el trabajo. Todo salió al revés. Sobrevino el temporal y solo les dio tiempo a llevar a la costa 300 kilos, mientras dejaban alijados en el mar otros 1.400, que se soltaron por la fuerza de las olas y aparecieron luego dispersos por la costa.

Los 300 kilos salvados no llegaron para pagar a todos y, en 1994, uno de los Piturros, apretado por las fuerzas del orden, destapó el caso. Vioque quedó de pagarle 100 millones de pesetas que no cobró y lo delató. Macrorredada y macrojuicio, con penas de hasta 21 años de cárcel para los implicados.

O Coe, condenado a 14 años, y los dos marineros lucenses, a 8 años, trabajaron una vez más en el negocio, entre el desastre de Cedeira y la detención. En 1992, por encargo de otro clan arousano, Os Paridos, llevaron hasta la plaza de A Marosa 1.400 kilos de hachís. Tampoco tuvo suerte y fue descubierto, por lo que hubo de sumar otra condena, de 4 años.

Ambos alijos constituyen la única prueba de que en la costa norte también operan los traficantes, pero queda en el aire si lo hacen esporádicamente, cuando se ven presionados en el sur, o si hay más desembarcos de los que fueron descubiertos.

Las sospechas se alimentan con las apariciones de fardos en las playas, hallazgos que se repitieron en 2003 y 2004, lo que motivó que la Fiscalía lucense pusiera sobre la mesa el problema y alertase de la posibilidad de que los traficantes utilizasen la ruta de A Mariña, sin que las fuerzas del orden estuvieran sobre la pista. Desde entonces no hay noticia de más apariciones de droga, lo que diluyó el caso, pero no la sospecha.

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