luis ángel de las heras 

"Cáritas me transmite que en toda la diócesis no pueden dar abasto"

Tras cuatro años y medio como obispo de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol Luis Ángel de Las Heras se marchará a León

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photo_camera Luis Ángel de las Heras. ARCHIVO

Se marcha Luis Ángel de Las Heras a León, donde será obispo de una diócesis histórica. Deja Mondoñedo y Ferrol con cierta pena pero se nota que no se quedó sentado en este tiempo. Reconoce los problemas existentes, alerta del de atención que tiene Cáritas, que está «desbordada», y puso en marcha unas redes sociales revolucionarias en el obispado porque, dice, "en el mundo de hoy es algo muy necesario".

La primera pregunta es obligada: ¿con qué sensación se marcha de la diócesis?

Me marcho con la sensación y la constatación de que fue muy poco tiempo el que pasé en la diócesis. De hecho solo hice una visita pastoral a Ribadeo-Miranda e inicié la de Terra Chá, pero con el estado de alarma se interrumpió y quedó truncada. No tuve tiempo a conocer bien la zona y hacer todo lo que yo quería hacer. Sin embargo, recibí una acogida grande de gente en las parroquias, en los arciprestazgos... Voy con muchísimo gusto a Mondoñedo. Siempre estoy allí muy a gusto y me siento muy querido y aceptado. Me gustó esa gente, su forma ver la vida, de creer y también me acuerdo de algo que me dijo Uxío García Amor: "Tiene que aprender a vivir en ‘galego’". Traté de seguir el consejo, lo intenté y me ha ido muy bien. Eso me lo llevo porque es una gran riqueza.

Pero sabe que la diócesis adolece de serios problemas. El más grave, el envejecimiento, que no es solo algo pastoral, sino un grave problema social.

Pude ver muy bien esa realidad, la despoblación, el envejecimiento de los sacerdotes, de la población, la falta de vocaciones... Pero luego está, por ejemplo, la unidad pastoral de Burela que lleva años funcionando bien. Quise que todas las localidades tuviesen una unidad pastoral o estuviesen en una. Los de Terra Chá son muy mayores, se van jubilando y hay que dar respuesta a esto. El plan era necesario y de las 422 parroquias que tenemos hay 24 unidades pastorales. Creo que eso es algo significativo. Algunas llevan años, otras empiezan. Es un mapa para saber cómo llegar a la meta.

¿Cree que esa situación tiene algún tipo de solución?

Tengo la impresión personal de que esto no es sencillo de solucionar porque no hay suficientes incentivos para que la gente venga a vivir a las zonas rurales, aunque por cierto es una vida mucho más sana y sobre todo ahora: con mucha ventilación y pocos contactos. Pero no se genera un efecto llamada. La gente no quiere venir. Yo, la verdad, es que soy pesimista y no veo que haya mucho futuro porque la gente, en general, se quiere ir a poblaciones más grandes y ocurre en todas partes. Pero no hay que tirar la toalla y la Iglesia no lo va a hacer.

"Es importante que, aunque el matrimonio que bendice la Iglesia es entre un varón y una mujer, no podemos expulsar a nadie de la Iglesia"

Pero eso afecta a su atención a los feligreses.

Desde luego. No puede haber misa diaria en todas partes como antes, pues congregaremos a la gente donde haya treinta personas en lugar de tres porque es muy importante estar acompañando a la gente en las aldeas y que sepan que no están solos. No podemos retirarnos: tenemos que estar y comprometernos a estar. Por ejemplo, no podemos estar solo en funerales. Sé que son fundamentales en la creencia de la gente y así debe seguir siendo, pero hay más cosas, hay fe más allá de los funerales. La Iglesia tiene que ser creativa y arriesgar. En Vilalba, por ejemplo, hay una comunidad nueva con personas dedicadas enteramente a acompañar a otros ofreciendo puntos de encuentro que a lo mejor ahora mismo por la pandemia no pueden hacer mucho, pero es algo importante y daremos lo mejor de nosotros.

¿Lo está pasando Cáritas muy mal?

Cáritas me transmite en toda la diócesis que no pueden dar abasto. Es importante que se coordinan con los servicios sociales de los ayuntamientos porque no somos islas, pero ciertamente ahora veo que la Iglesia tiene que hacer un esfuerzo grande en ese tipo de ayudas. Aunque no podemos hacer colectas, los donativos a Cáritas aumentaron en conjunto, aunque creo que en España siempre sucedió, siempre se volcó la gente en las emergencias y ahora ayudamos con lo que viene, que desgraciadamente puede ser muy difícil. Pero al mismo tiempo les repito mucho a Cáritas que además de la ayuda material es fundamental su labor de acompañamiento porque la gente está desanimada, desesperanzada, asustada. Hay que dar ánimo y esperanza también en eso, no solo con ayuda material. Pero sí: asusta un poco el crecimiento de las necesidades.

En su etapa el obispado multiplicó su presencia en las redes sociales. ¿Fue algo premeditado?

La verdad es que hay gente como Rubén y Carlos que eran muy activos ya antes de venir yo, pero es cierto que los ayudé e impulsé porque me parece importante. Esta es una diócesis modesta en sus recursos, pero su presencia en redes sociales es muy grande. Lo fomenté y quise combinarme con ellos, pero sobre todo fue la diócesis como tal y no yo lo que se presentó. Y estoy contento de ese trabajo porque me parece muy importante, a mí me gusta y creo que por ahí tenemos que ir.

Es inevitable preguntarle por las declaraciones del Papa sobre el matrimonio entre personas homosexuales. ¿Le sorprendieron?

Esto todo es algo que el propio Papa ya manifestó como arzobispo de Buenos Aires, aunque está claro que hacerlo como Papa no es lo mismo. Creo que es una postura que merece la pena ser escuchada. Es importante que, aunque el matrimonio que bendice la Iglesia es entre un varón y una mujer, no podemos expulsar a nadie de la Iglesia. Hay que acoger a todo el mundo, y por supuesto también a los homosexuales; ese es un principio fundamental. Y las uniones civiles son una propuesta muy buena para que la gente organice su vida y tenga cubiertos sus derechos. Eso es algo normal. Sé que hay también dentro de la Iglesia quien no quiere ni oír hablar de eso, pero ahí no entramos. Ahora bien, esto no puede confundirse con acoger esos matrimonios dentro de la Iglesia. Eso algo que ni siquiera se está planteando y que el propio Papa tampoco hizo.

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