La costera de la caballa, una de las campañas importantes para la flota de litoral, está en horas bajas debido a la pandemia de coronavirus. "A flota de momento faena pero os prezos van para abaixo", señala el armador de un arrastrero burelés.
Comenzaron vendiendo a un euro el kilo el pasado jueves y el viernes bajó a 0,83 euros. "Aproveitaremos a xarda mentras poidamos andar pero colleunos en mal momento", explica sobre una crisis sanitaria que ha traído incertidumbre entre las empresas que congelan este pescado, que absorben un volumen muy importante de capturas.
La mayoría se destina al consumo humano pero con la crisis de los mercados y la restauración cerrada, la demanda ha caído. Las condiciones de la pesca de bajura, en especial las de pequeñas lanchas del anzuelo que tienen en esta especie un sustento básico, tampoco son las idóneas para protegerse frente al coronavirus. A mayores, la pandemia ya cerró uno de los principales mercados de la caballa fresca, Italia.
De esta forma, son las empresas congeladoras o las propias cooperativas de armadores las que optan por congelar gran parte de las capturas para procesarlas como cebo que utilizarán los palangreros de superficie que faenan al pez espada y la tintorera.
Ante las crecientes dificultades para el sector, la Comisión Europea baraja un paquete de ayudas que permitiría conceder hasta 120.000 euros por empresa, a través del Fondo Europeo Marítimo de Pesca, según informó Efe.
En un comunicado de la Confederación Española de Pesca (Cepesca) y la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores, el sector explica que, dadas las características de los buques que operan en este caladero, en numerosas ocasiones no pueden asegurar el cumplimiento de las normas de prevención y de distancias mínimas contempladas en el real decreto del estado de alarma. Por eso quieren aclaraciones sobre la posibilidad de acogerse a expedientes temporales de regulación de empleo.
