Veteranía en el tapiz con ilusión de principiantes

Hay deportes que tienen colgado desde siempre el cartel de que la vida deportiva de sus practicantes es corta, que es cosa de jóvenes. Uno de ellos es la gimnasia rítmica, en el que parece que superar la veintena y seguir compitiendo es una utopía. Gimnastas como Almudena Cid ya demostró que eso no tenía por qué ser así, firmando su cuarta final olímpica con 28 años, pero no hace falta irse tan lejos para encontralas.

Las vilalbesas Tania Gayoso y Judith Dobao son, con 26 años, las veteranas del conjunto máster del club Violeta de Baamonde, vigente bicampeón gallego, donde el resto de integrantes, las rabadenses Carla Sangiao y Andrea Vilar, la guitiricense Ana Vilela y las lucenses Claudia Edrosa y Mariña Carricoba, ambas del club Filigrana, cuentan con edades entre los 23 y los 24 años. Su experiencia en el tapiz va desde los 16 años de Claudia y Mariña a los 22 de Tania, pasando por los 20 de Ana, que, nacida en el 98, es la benjamina del grupo. El actual equipo nació de la colaboración entre los clubs Violeta y Filigrana, nacidos de la mano de dos hermanas, Ana y Paula Iglesias, y compite bajo el nombre del primero.

Todas empezaron muy pequeñas en un deporte que las enamoró y las atrapó por completo, hasta el punto de que alguna además de entrenar está vinculada a la rítmica como entrenadora, como es el caso de Judith, en el propio club Violeta, Carla y Claudia, o jueza, como Ana y Tania.

"Nunca había pensado en estar a estas alturas entrenando y mucho menos compitiendo. La oportunidad que nos dieron al hacer la categoría máster creo que fue clave. Hace unos años esto era inviable. Yo siempre pensé que con 18 años tendría que dejarlo como hacía todo el mundo, pero al final son muchos años disfrutando de este deporte y con las mismas compañeras prácticamente, lo que hace que también tiremos unas de otras", reconoce Carla Sangiao.

Claudia y Andrea retomaron los entrenamientos tras cuatro años de parón, los cuales tuvo que dejar Mariña este año a irse fuera de Galicia para seguir formándose, mientras que Tania Gayoso, la más veterana, apunta que "cos anos fun aprendendo e comprendendo que a ximnasia non só é cousa de neas, como antes se podía pensar, senón que a verdadeira ximnasia está na experiencia, na madurez e presencia que che dan os anos de traballo; aprendín a desfrutar de verdade do deporte e a vivilo dun xeito máis profundo".

Repletas de ilusión y ganas, el único hándicap que se encuentran es a la hora de entrenar, al tener "horarios muy distintos y estar cada una en una ciudad". La distancia, los estudios, los exámenes o el trabajo condiciona, pero siempre se organizan para tratar de juntarse al menos un día a la semana. Si no pueden, recuperan el entrenamiento más adelante o a veces incluso hay meses que solo coinciden un par de veces.

"Al llevar tanto tiempo entrenando juntas, la mayoría de las veces solo con un gesto saben qué les estás pidiendo y lo realizan de una forma muy exacta", explican sus entrenadoras Ana Iglesias y Yaiza Vilela. "Chegamos a lograr unha complicidade tan grande, sumada á experiencia, que con poucos adestramentos samos adiante o traballo", añade Tania.

FUTURO. Para entender el presente y pensar en el futuro del conjunto, muchas se remontan al pasado, y citan a Paula Iglesias, hermana y tía de las actuales entrenadoras del Violeta y responsable del Filigrana, como referente en este deporte. "Ya desde pequeñita me ponían sus vídeos realizando aquellos ejercicios tan innovadores y originales para su época, sobre todo con la fuerza y expresión que ponía, algo que creo que nos identifica a nosotras como conjunto y siempre intentamos plasmar en nuestro ejercicio", explica Ana Vilela, su sobrina. 

Y es que todas participan de forma activa en el montaje, uniendo experiencias como gimnastas, entrenadoras y juezas, algo que disfrutan "un montón". "Ya lo hemos hablado y todas queremos seguir. Ya tenemos ideas en mente para la próxima temporada, en la que intentaremos, como siempre, buscar la originalidad para que público y entrenadoras disfruten tanto como nosotras y se lleven un buen recuerdo de nuestro ejercicio", sentencia Judith.