Santa María: la escuela habanera superviviente

Nueve décadas después de ser inaugurado, el colegio pontés cumple el mismo objetivo por el que lo proyectaron los emigrantes al otro lado del Atlántico y este curso suma 150 alumnos
photo_camera Actuales alumnos del Ceip Santa María de As Pontes. CRISTINA ARIAS

Hay escuelas habaneras por media Galicia, pero pocas siguen cumpliendo la misma función para lo que fueron construidas: la enseñanza. El Ceip Santa María de As Pontes es uno de esos supervivientes y puede presumir de llevar 90 años educando a decenas de generaciones, miles de niños y niñas que pasaron a lo largo de las últimas nueve décadas por sus aulas. 

Erigido en el centro urbano de As PonPrimeros profesores del Ceip Santa María de As Pontes. EPtes, en una posición privilegiada, el edificio fue cambiando de color —desde hace unos años su fachada luce un azul intenso como el océano Atlántico que cruzaron los que lo proyectaron— pero nunca cedió a nada el protagonismo de los libros. 

"Es imposible calcular cuántos alumnos pasaron por aquí. No hay registros", dice Margarita Casal, la directora, que se estrena al frente de un equipo directivo renovado por completo. "Es uno de los pocos habaneros que siguen tal cual y creo que debería seguir funcionando y llegar al siglo. Es un colegio precioso y fue donado por los inmigrantes para los niños de este pueblo y sería la forma de continuar su legado", dice. 

De momento las cifras no van mal. Este curso aumentó la matrícula hasta los 150 que estudian en sus aulas, aunque tras la fusión de Monte Caxado con A Magdalena hace dos años, la sombra de otro cierre siempre planea en el ambiente. 

Mientras los niños corretean —después de hacerse la foto de rigor frente a la fachada donde tantas veces se fotografiaron otros cuando aún ni se imaginaba el color sobre el papel— la entrada del colegio es un viaje al pasado a través de instantáneas de otros tiempos. Clases separadas, los niños a un lado, las niñas a otro, hablan de una época que resulta ahora remota. 

"Con las concentraciones escolares, en la década de los 70 y a principios de los 80, muchas unitarias desaparecieron. La mayoría de las antiguas escuelas habaneras del rural cerraron y muchas se reutilizaron como locales vecinales", explica Manuel Souto, que publicó en la revista de Hume un extenso y detallado artículo sobre cada una de las pontesas. 

En otros lugares, otras se convirtieron en bibliotecas o centros sociales como la Casa Habanera de Guitiriz o en museos, como la Liga Santaballesa, en Vilalba, que rinde tributo a aquellos que la crearon. 

"La escuela de Santa María se construye en una época de emigración masiva a Cuba, cuando se crearon las sociedades de instrucción y se empezaron a preocupar por la necesidad de formar a la gente en Galicia", indica Souto, que habla de una época, principios del siglo XX, con un alto índice de analfabetismo. 

"Cuando se fundó la Sociedad de Naturales del Ayuntamiento de Puentes ya quedó establecido en sus estatutos que se crearía una escuela en cada parroquia y otra en el municipio que debía ser de enseñanza secundaria", explica. Aunque eso nunca pasó.  

El terreno, de 2.800 metros cuadrados, costó 500 pesetas y la construcción del colegio, que arrancó en 1928, alcanzó las 105.198. Hoy, su legado sigue vivo. Los niños siguen aprendiendo a leer y a escribir desde la plaza que los recuerda a los promotores, la de América. 

Inauguración del Ceip Santa María de As Pontes. EP

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