¿Qué tendrá que valorar el jurado en el caso Desirée?

Cada una de las partes explicó este lunes su papel a los miembros del tribunal, cuyo veredicto debe determinar la autoría y la imputabilidad
Ana Sandamil, abandonando en la noche del lunes la Audiencia de Lugo. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Ana Sandamil, abandonando en la noche del lunes la Audiencia de Lugo. VICTORIA RODRÍGUEZ

Integrar un jurado popular no es una cuestión baladí y los ciudadanos elegidos para el cometido afrontan siempre el juicio sumidos en un mar de dudas, que tanto las acusaciones como la defensa tratan de disipar. Este lunes, antes de arrancar la vista por la muerte de la pequeña Desirée Leal —fallecida en mayo de 2019 en Muimenta—, la Fiscalía y los letrados se dirigieron a los diez integrantes del tribunal para explicarles el papel de cada una de las partes y acotar las cuestiones que tendrán que valorar tras seis días de juicio y más de sesenta declaraciones

La representante del ministerio público disertó sobre el papel de la Fiscalía y expuso los pormenores de su acusación contra Ana Sandamil. Según su versión, existen pruebas suficientes para demostrar que el 3 de mayo de 2019, la acusada asfixió a su hija Desirée después de haberle suministrado un fármaco para inducirla al sueño. La niña, que dormía en la misma cama que ella, llegó a despertarse y opuso resistencia, lo que evidenciarían las lesiones que presentaba el cuerpo de la pequeña.

Las acusaciones afirman que la acusada actuó "plenamente consciente". La defensa alega que lo hizo "bajo un brote psicótico"

La acusada, tal y como señaló la fiscal, fue diagnosticada de un trastorno de personalidad de tipo mixto y de un trastorno psicótico, que pudieron afectar de manera parcial a sus capacidades. "Las pruebas demostrarán que la acusada actuó plenamente consciente de sus actos. Y si no es así, esta fiscal retirará la acusación, ya que, en contra de lo que puedan pensar, la Fiscalía no tiene la obligación de acusar. Nuestro deber es intentar que se condene a los culpables, pero también que se absuelva a los inocentes", dijo. 

En la misma línea, los letrados de la acusación particular y popular explicaron al jurado que su cometido no será únicamente determinar si Ana Sandamil acabó o no con la vida de su hija, sino si lo hizo o no con conocimiento de causa. "Tener una enfermedad mental no implica que uno no sepa lo que está haciendo. Estar en una silla de ruedas te impide correr, pero no te impide pegarle un tiro a alguien. Lo que hay que concluir es si la enfermedad mental es la causa del asesinato", apuntaron. 

El letrado de la defensa, por su parte, considera que las pruebas demostrarán que Ana Sandamil "no tuvo conocimiento ni intención de matar a su hija, sino que lo hijo bajo un brote o episodio psicótico severo", por lo que considera que es inimputable. "Fuera de su patología mental no hay ninguna otra explicación posible para que pusiera fin a la vida de su hija. Sin su niña, la vida de Ana no tiene sentido", dijo. 

La acusada afronta cinco días más de juicio y un veredicto que podrá llevar a su absolución o a su condena por un delito de asesinato con alevosía —con la agravante de parentesco y la atenuante de anomalía psíquica—, un delito por el que afrontaría una pena de prisión permanente revisable.

 

Varios candidatos a estar en el jurado se fueron contrariados tras ser desestimados
A primera hora de la mañana de este lunes se había procedido a la selección del jurado, más lenta de lo habitual, porque se desestimó a varios candidatos, uno de ellos en concreto por tener un proceso judicial abierto. Otros cuantos, sorprendentemente, fueron rechazados por su vehemencia a la hora de hablar del caso y por tener un prejuicio condenatorio claro.

Lo más habitual es que las personas preseleccionadas prefieran no estar en el jurado, pero en este caso hubo varias que sí pretendían estar. Precisamente esa intención fue la que llevó a las partes a desestimar su participación, lo que hizo que se marchasen contrariados. 

La selección empezó pasadas las diez de la mañana y concluyó a la una. Cada uno de los candidatos fue sometido a las preguntas de los abogados y el fiscal, con el fin de detectar si pudiese haber alguna circunstancia que inclinase su objetividad, tanto a favor como en contra de la acusada. 

Tras escoger a los miembros del tribunal popular, en este caso mayoritariamente masculino (siete hombres por tres mujeres), defensa y tres acusaciones (fiscal, familiar y de la asociación Amigos de Galicia) expusieron a los ciudadanos el caso y su teorías sobre la autoría. Esta demora inicial y las intervenciones hicieron que la primera en declarar, la propia acusada, empezase a prestar testimonio a las dos y media de la tarde. Para la tarde quedaron el padre y otros cinco testigos, en una jornada maratoniana, la primera de un total de seis durante las cuáles se juzgará el caso Desirée.