Melodías que resurgen

Una recopilación de canciones de un músico "peculiar y excéntrico" de O Valadouro conforma el nuevo disco de Germán Díaz 

El zanfonista vallisoletano Germán Díaz, afincado en Cospeito, estrena nuevo trabajo discográfico. XAIME CORTIZO
photo_camera El zanfonista vallisoletano Germán Díaz, afincado en Cospeito, estrena nuevo trabajo discográfico. XAIME CORTIZO

Descubrir la historia musical más próxima o lejana, ahondar en ella con sumo mimo y cuidado para poder reinventarla y acercársela al público. Así trabaja desde hace años el zanfonista vallisoletano Germán Díaz -con medio corazón chairego, donde reside desde hace casi una década en O Arneiro (Cospeito)-, que acaba de devolver a la vida una recopilación de canciones grabadas por Félix Canoura Ramos, un músico "peculiar y excéntrico" de O Valadouro.

Este singular violinista de principios del siglo pasado formó parte, durante su exilio, de la Orquestra Sinfónica de Buenos Aires, y compuso numerosas obras, entre las que destacan Cantiga de Foz d"O Masma o Namorado do Orvallo.

Díaz halló este curioso material en una visita a la colección de instrumentos de Luciano Pérez. «Me encontré con una Revox -antigua grabadora de carrete abierto-, unos violines y muchas partituras encima de la mesa. Luciano me contó que eran de Canoura Ramos, un músico que legó sus bienes a José Luis Fernández Guerreiro, quien a su vez, hizo un depósito al Centrad con parte del material», relata Germán, mientras recuerda cuál fue su primera impresión.

"Me pareció que tenía una historia increíble, y que sus composiciones se podían grabar de nuevo, con la Revox original con la que él había grabado su disco, en analógico, haciendo arreglos para oboe, instrumentos mecánicos y zanfona", explica el músico, quien no se lo pensó dos veces y se lanzó a una nueva aventura junto a Benxamín Otero.

El proceso creativo de Trece cancións bonitas fue un poco "precipitado", recuerda, ya que el proyecto inicial iba a ser otro y ya tenían la fecha del estreno cerrada, un concierto que se desarrolló en la catedral de Tui, dentro de un ciclo organizado por Samuel Diz.

A contrarreloj y sin tiempo para meditarlo eligieron los temas, hicieron los arreglos y ensayaron. "Además, tuvimos que perforar a mano todos los cartones para los instrumentos mecánicos. Estuvimos haciendo esta tarea hasta el último día de madrugada", recuerda Díaz, quien avanza que en el disco hay "más de trece canciones".

"Así cada uno puede elegir cuál le parece bonita y cuál no. Es un poco más fácil que no nos equivoquemos", dice entre risas el zanfonista, mientras confirma que las melodías que componen este trabajo son "universales".

"Schubert, Satie, Galliano o Clastrier, además de cancioneros como el de Inzenga o de Federico Olmeda. Todos han soportado con dignidad y fortuna el paso del tiempo, así que suponemos que algo tendrán", analiza el artífice de que el público pueda disfrutar del resurgir de estas melodías.

Además de la indiscutible presencia de la zanfona, también sonarán en este trabajo "el oboe y el cuerno inglés, que toca Benxamín, e instrumentos mecánicos como el órgano de barbaria, el aurephone o la caja de música programable". Sonoridades especiales y enigmáticas que sorprenderán una vez más al que tenga ocasión de escucharlas.

El disco ya está a la venta. Se puede adquirir en cualquier plataforma digital y físicamente en www.produccionesefimeras.com o en los puntos de venta que aparecen en la web.

Y para escucharlo en vivo habrá que esperar un poco más. "Tenemos una presentación cerrada en el Teatro Colón de A Coruña el 8 de febrero y estamos empezando a programar la gira", avanza Díaz, quien espera que este nuevo trabajo los lleve como El método cardiofónico a "Francia, Alemania, Austria, Islas Mauricio, Estonia o China".

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