"Es más fácil entender que mata una persona loca que una mala"

Cuando se cumplen dos meses de la muerte de la pequeña Desireé en Muimenta, el presidente de la Asociación de Psiquiatría de Galicia, que deja claro que desconoce el caso, defiende que solo entre el 3 y el 5% de los crímenes son cometidos por enfermos mentales

José Ramón Silveira, en el hospital de Oza. QUINTANA (El Ideal Gallego)
photo_camera José Ramón Silveira, en el hospital de Oza. QUINTANA (El Ideal Gallego)

JOSÉ RAMÓN SILVEIRA (A Coruña) es desde hace dos años el presidente de la Asociación Gallega de Psiquiatría, que engloba a unos 250 profesionales. Reivindicativo, defiende la importancia de la práctica clínica y que no hay que "psicologizar la psiquiatría".

En casos como el de Muimenta lo primero que se escucha es "se puso loca", "se le fue la cabeza". ¿Se criminaliza la enfermedad mental?

Según estudios estadísticos españoles solo entre el 3 y el 5% de los crímenes con resultado de muerte son cometidos por enfermos mentales. La gran mayoría no tienen nada que ver. Por el contrario, hay estudios que demuestran que el enfermo mental grave no solo no es un colectivo con mayor índice de criminalidad, sino que sufre este tipo de crímenes con más probabilidad. Sin embargo, para la población es más fácil entender o dar sentido a estas acciones pensando que la persona se volvió loca, no que es alguien malo.

¿Por qué es más fácil pensar así?

Porque no le encuentro explicación a pensar que es un ser perverso. Si pienso que la persona perdió la cabeza puedo comprender e incluso disculpar ese hecho, pero ¿cómo disculpo a alguien que es un monstruo si no es un loco? La sociedad se hace la sorda muchas veces frente a la necesidad de apoyo al enfermo mental, tiende a un corte más buenista, es una sociedad ultraprotectora pero en la que no se tolera estar mal. La enfermedad mental es estigmatizada y a evitar. Estar loco, ese término detestable, es visto peor que cualquier infección contagiosa.

"La depresión se utiliza para cualquier tristeza y normalmente é dificilísimo que provoque un impulso para matar"

¿Tiene un reto ahí la psiquiatría?

Sí, conseguir que la gente sepa qué es un médico psiquiatra. Muchas veces tenemos que luchar porque la gente no quiere estar enferma, incluso no es capaz de saber que está enferma y en consecuencia no quiere tratamiento. Y si se le vende que la palabra es curativa, eso es mucho más aceptable. Pero cuando tienes un desgaste neuroquímico que se tiene que tratar debe hacerse con lo que los estudios científicos nos dicen que es efectivo. No vas al carnicero o al fontanero a que te arreglen las ruedas del coche. No significa que no tengan espacio los psicólogos y las psicoterapias, pero hay que distinguir. Los problemas de la vida se intentan medicalizar y es ahí donde pescan los pseudoprofesionales y en ese limbo se llega a la indefensión del paciente.

¿A qué se atribuyen los crímenes de ese 3 y 5% de pacientes?

Se podrían asociar a sufrir síntomas psicóticos en su mayoría, que son uno de los síntomas de las enfermedades mentales graves y que podrían hacer que alguien esté fuera de la realidad. Normalmente estos síntomas no condicionan crímenes, sí a que el paciente tenga miedo, existiendo cierto riesgo de agresión si se siente atacado o agredido, y solo en casos en que la persona fuera agresiva previamente a sufrir la enfermedad podría protagonizar actos criminales. Matar es un caso muy aislado.

¿Qué pasa con el psicópata?

Es diferente. La psicopatía no está considerada como una enfermedad mental realmente, no como una que suponga que la persona no sepa distinguir lo que está bien de lo que está mal, no como para que su capacidad de entender y de decidir libremente estén alteradas o abolidas. El psicópata carece de empatía, disfruta haciendo daño o le da igual ver sufrir a otras personas. No tiene remordimientos ni sentimientos de culpa, con una capacidad de sentir afecto hacia su entorno muy superficial, prestando atención solo a sus propios intereses. En algunos casos puede interaccionar socialmente de una forma aparentemente normal y nos sorprende que ‘de repente’ haya cometido un crimen, pero la realidad es que como no tiene escrúpulos, compasión... no tiene empatía ni siente afecto real.

¿Se generaliza la depresión?

Ha perdido su cualidad real, se usa para cualquier tristeza que no resulte normal o aceptable. Igual que la palabra esquizofrenia, que se usa para actos de locura y es estigmatizante. En el caso de la depresión, más que desprestigiante se utiliza como victimización y es una enfermedad. Se usa para designar estados de tristeza natural. Puedes estar alegre y no maníaco, igual que triste y no deprimido.

¿Puede llevar a matar?

Normalmente no, en casos poco frecuentes, una de las patologías más peligrosas es la depresión postparto. Es muy rara. Y no tiene nada que ver con la tristeza postparto. Nos cuesta incluso diagnosticarla. Pero la depresión normalmente, a no ser que haya una sintomatología psicótica grave, algo poco frecuente, es dificilísimo que provoque ese impulso hacia matar, lleva más hacia no moverse, a no hacer nada. No es coherente ni habitual.

Causan mucha alerta las enfermedades mentales para ser un tanto por cien tan bajo en criminalidad.

Y si todos cumplieran bien su tratamiento posiblemente se podría evitar mucha de esta alerta. Pero en España no tenemos el espacio legal para eso. Solo tenemos la posibilidad del ingreso hospitalario involuntario y solo conseguimos tratamientos involuntarios cuando se pide una incapacidad civil o si ya se ha cometido un delito. Actuamos sobre hechos ya sucedidos y lo que tenemos que conseguir es anticiparnos. Ya no solo en asesinatos. A nivel ambulatorio no tenemos forma de que el paciente se trate aunque sea necesario.

¿Por dónde hay que empezar?

Es muy complicado porque desde diferentes colectivos se nos ve como represores, dañinos... y los políticos tampoco apoyan. Hay corrientes que hablan de que estamos compinchados con la industria farmacéutica.

¿Hay señales para sospechar que alguien puede matar?

Como criminólogo, lo desconozco. No existe ningún método mágico que adelante que alguien puede ser un asesino. Solo en ese 5% de los asesinos que son pacientes psiquiátricos uno de los predictores podría ser el cuando dejan de tomar el tratamiento. Se aislan, piensan que los siguen... no tienen conciencia de que están enfermos. Podríamos pensar que les pasa algo, pero aún así no que va a cometer un asesinato. Pero hay personas que sobrevaloran sus creencias o su propia personalidad y a los especialistas nos cuesta identificarlo. Más a un vecino. A toro pasado puedes identificar ciertos rasgos. Y para la familia, la pareja... también es muy difícil. Se supone que quieres a esa persona y tienes una desviación positiva en tu José Ramón Silveira, en el hospital de Oza. forma de valorarla.

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