Quizás no está a la altura del Prado, el Reina Sofía o el Thyssen, pero los pasillos del Ceip A Fraga de As Pontes se han convertido en una gigantesca pinacoteca llena de encanto y arte. El Museo A Fraga, como ha sido bautizado, aglutina cientos de obras que van desde los petroglifos y las pinturas rupestres a las propuestas más contemporáneas, haciendo paradas en algunos grandes arquitectos como Gaudí, que también tiene su espacio reservado.
"Primero convertimos el cole en un castillo, al año siguiente en un circo y el año pasado hicimos la vuelta al mundo con paradas en distintos países. Este año nos decidimos por trabajar arte", explican Cristina Gómez y María Pérez, las promotoras de una iniciativa que se desarrolla a lo largo de todo el curso e implica a toda la comunidad educativa.
"Los niños trabajaron mucho, también las familias, y aprendieron muchísimas cosas", dicen las responsables del museo, que valoran que este proyecto, por primera vez, "tiene contenido hecho por todos". Además, el centro, como ya hizo los otros años, programa todas las actividades no lectivas en relación a la temática del curso. Así, en Carnaval todos fueron o arte o artistas y en Navidad hubo un particular belén pictórico. Además, los alumnos hicieron una visita al Museo Provincial de Lugo y está prevista otra excursión al Museo de Bellas Artes de A Coruña antes de que acabe el curso.
¿Y el de A Fraga? ¿Quién lo puede visitar? "El día de Carnaval estuvo abierto a las familias y a todo el público y se valoró hacer otro día de puertas abiertas, pero aún no tenemos fecha cerrada. Además, en el tercer trimestre tenemos previsto organizar visitas de artistas al colegio", dicen las responsables de una original pinacoteca en la que hay obras firmadas por 180 artistas diferentes, el total de alumnos del centro. El museo, además, también se incluye dentro de un proyecto intercentros con los otros colegios de As Pontes.
VISITA GUIADA. La visita al Museo de A Fraga arranca en la entrada del colegio, donde un cuadro de Van Gogh cedido por artistas de la Escuela Infantil A Barosa y un árbol de la vida dibujado por una antigua profesora reciben al visitante. A partir de ahí, el museo se divide en dos grandes zonas, con diez salas diferentes. "Aparte de los nueve artistas que trabajaron los niños, creamos el Museo das Palabras", dicen las guías. En infantil, trabajaron el surrealismo de Joan Miró, la pintura reivindicativa de Frida Kahlo y la abstracción de Piet Mondrian y los más pequeños de primaria se metieron de lleno en el impresionismo con Vincent Van Gogh.
Los alumnos de segundo se lanzaron al origen del arte y realizaron una recreación de una cueva de Altamira. Los de tercero trabajaron el surrealismo con la obra de Maruja Mallo, natural de Viveiro, y los de cuarto estudiaron la abstracción de la mano de Vasili Kandinsky. Los alumnos de quinto escogieron a Pablo Picasso y conocieron mejor el cubismo, mientras que los más mayores se centraron en Gaudí y sus principales proyectos arquitectónicos.
