El comodín vilalbés asume el reto

Sandra Vázquez pasa a ser protagonista, tras la retirada de la primera línea del PP de Agustín Baamonde y Gerardo Criado, con la ambición de recuperar el terreno perdido en 2019 y la alcaldía
Sandra Vázquez. AEP
photo_camera Sandra Vázquez. AEP

Ocho meses después de ser proclamada por unanimidad como presidenta del Partido Popular de Vilalba, se hizo público lo que casi era un secreto a voces, que Sandra Vázquez sería la candidata del PP para recuperar la alcaldía de la capital chairega en las elecciones municipales de 2023.

Ocho meses separan los actos en los que se produjeron sendos nombramientos, pero su camino para llegar a dirigir el Concello, bastión popular durante más de 40 años, tiene su punto de partida mucho antes. Y pese a mantenerse en un segundo plano desde que inició su andadura política, detrás de otros líderes locales que ahora dejan la primera línea, ha llegado su momento para dar un paso adelante y asumir un doble reto, el de unificar el PP vilalbés y hacerlo lo suficientemente fuerte y sólido para llevarlo de nuevo a gobernar Vilalba.

Natural de la parroquia de Torre y licenciada en Administración y Dirección de Empresas, Sandra Vázquez, de 36 años, lleva desde el 2015 metida en política, cuando dejó atrás el sector de la banca y su experiencia como dependienta en una tienda para formar parte como número seis de la lista que encabezaba Gerardo Criado.

A partir de aquí, no fueron pocos los cambios que tuvo que asumir, siendo parte activa y una especie de comodín en el baile de sillas que se produjo en la alcaldía vilalbesa. En diciembre de 2015 fue elegida senadora, cargo que ocupó hasta octubre de 2016, cuando entró en el Parlamento gallego, propiciando la carambola que convirtió a Criado en senador –ya que iba de suplente en la lista del PP para la Cámara Alta– y devolvió el bastón de mando a Agustín Baamonde, en un intento de los populares de recuperar posiciones cuando estaban viendo peligrar su bastión.

Sin embargo, la estrategia no dio resultado y la candidatura de Baamonde, con Vázquez como número dos, no consiguió mantener el gobierno local, propiciando la primera victoria socialista en la historia democrática de Vilalba.

Tras este batacazo electoral, la transición al frente del partido se fue cocinando poco a poco y en noviembre de 2019 Baamonde dejó la presidencia de la agrupación local y cedió el testigo a la parlamentaria, que presidió una gestora que se constituyó un año después y que, tras asumir hace un año también la portavocía del partido, le sirvió para asentarse dentro de los populares vilalbeses y confirmarse como presidenta de la ejecutiva local.

Pese a que su confirmación como candidata era un hecho que entraba dentro de lo previsto en una formación donde lo raro es la bicefalia, ahora le toca ser protagonista y darse a conocer entre unos vecinos para los que las referencias acerca del PP son viejos conocidos desde hace años. La renovación del partido será su cometido más inmediato y recuperar una bolsa importante de votos de centroderecha que el PP perdió en las últimas elecciones por disputas internas, el objetivo final.

Quienes la conocen destacan su capacidad de trabajo y de organización, compaginando su labor como oposición, la presidencia del partido en Vilalba y en el Parlamento –donde es vicepresidenta de la comisión tercera de Economía, Facenda e Orzamentos y vocal de la sexta, de Industria, Enerxía, Comercio e Turismo–, a la que se le une su faceta de madre de un niño de dos años.

Su experiencia en esferas más altas de la política le puede dar un plus, aunque ahora le tocará empaparse de política local, un ámbito donde hay más lucha cuerpo a cuerpo y hay que poner los pies sobre el terreno, algo que lleva meses haciendo en reuniones por las distintas parroquias, buscando una proximidad que le permita recuperar terreno perdido con el mes de mayo en el horizonte.

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