El piloto pontés Samuel Bermúdez, que el año pasado se alzó con el campeonato de España de Rallys de Tierra CERT en el grupo N, junto al asturiano Rodolfo Suárez, acaba de vivir una de las aventuras más "extraordinarias" e "increíbles" de su vida.
El equipo que mantenía su coche durante el campeonato pasado —MT Racing— decidió organizar la primera edición de la Suzuki Raid, una exigente ruta desde Murcia a Marruecos. El billete para participar le llegó de la mano de su mujer, Laura, que le quiso dar la sorpresa por su cumpleaños.
"Salir de la base del equipo y durante ocho días hacer casi 3.000 kilómetros por todo tipo de terrenos, fue lo máximo", asegura Samuel, quien se puso al frente del volante de un Suzuki 4x4.
"El coche, para lo pequeño que es y los años que tiene, solo me dio un problema. Tuve un pinchazo y me ayudaron a repararlo unos lugareños tal y como se hacía hace 20 años", recuerda con una sonrisa el piloto pontés, quien saca muchas enseñanzas de esta experiencia sobre ruedas.
"Vuelvo con el chip cambiando, después de ver como viven en ese país. Lo más duro llega cuando te metes en la inmensidad de la nada. Kilómetros y kilómetros que gracias a Javi —el copiloto— se hacían más amenos", va relatando Samuel, quien pasó por numerosos lugares "en los que no había nada más que piedras".
"Desiertos sin vegetación alguna. Ves que hay gente que vive en ellos. Niños que salen corriendo descalzos sobre las piedras y hacia los coches para que les des cualquier cosa. Con un lápiz ya los haces felices. Esto me marcó y me marcará para siempre", analiza el pontés, quien cree que experiencias como esta son fundamentales y "una cura de humildad que todos deberíamos tener algún día".
En lo deportivo, aunque no era una competición sino una ruta, también lo disfrutó al máximo. "Todas las jornadas fueron espectaculares", asegura el pontés, quien se queda especialmente con tres.
"Una en la que hicimos 50 kilómetros de noche, pasando por barrancos a los dos lados y con la única luz del coche. La etapa del desierto, que a todo aquel que le guste el automovilismo y se meta en las dunas imaginándose como un piloto del Dakar, es impresionante. Y, la penúltima, que casi nos quedamos sin gasolina y hubo que ir a negociar en un poblado para que nos vendieran una poca y llegar así a una gasolinera", enumera Samuel, quien aunque conocía a muchos de los participantes también se trae de este viaje grandes amigos.
Gente que además pudo conocer de primera mano la problemática que vive su pueblo, As Pontes, sumido en una crisis industrial ante el posible cierre de la central.
Samuel decidió llevar rotulado su vehículo pidiendo "unha transición enerxética xusta", un tema que dio a conocer entre otros participantes de "Extremadura, Murcia, Cataluña o Asturias".
"La gente más cercana a mí ya sabía el problema, pero muchos otros no", explica Samuel, quien cree que hay que seguir visibilizándolo. Quizás en su próxima experiencia al volante en alguna otra aventura, porque este es "la primera de muchas", asegura.
