Paulo Iago, la joya de la cantera del Real Madrid, tiene raíces en A Fonsagrada

Su padre abandonó la provincia de Lugo hace tres décadas por motivos laborales
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photo_camera Paulo Iago, con su familia

Muchos son los jugadores que destacan en las canteras de los grandes clubes, pero el caso de Paulo Iago Álvarez Morón es diferente. Con tan solo cuatro años llamó la atención de pequeños clubes de Madrid y dos años después ya había sido captado por La Fábrica, la cantera del Real Madrid. Y es que los entrenadores que han disfrutado de su talento aseguran que no han visto nada igual. Hoy, el número 10 del infantil B es la gran joya del fútbol formativo del club que dirige Florentino Pérez.

Generated by  IJG JPEG LibraryEl don de Paulo procede de Lugo. Él nació en Madrid el 10 de abril de 2007, pero mantiene una fuerte vinculación con la provincia a través de su padre, fonsagradino y exfutbolista aficionado. Pepe Álvarez destacó en los 90 en varios equipos, entre ellos un Spórting Pontenova que militaba en Primera Autonómica. Era extremo y delantero, pero la vida acabó empujándole a la capital de España, donde conoció a Aurora, su mujer. Con ella han tenido dos hijos, Brais Álvarez (19 años), también aficionado al fútbol -aunque lo dejó el año pasado- y Paulo Iago, el niño tocado por una varita.

"Desde que puede andar vive obsesionado con la pelota", reconoce su padre. Primero fue una de trapo en casa, pero muy pronto, y gracias a un pequeño jardín particular, saltó a las de cuero. Y con ellas llegaron las primeras diabluras en pachangas de barrio. "Pronto me pidió entrar en un equipo", reconoce su padre.

Paulo Iago estaba a punto de cumplir los cuatro años, una edad para la que no existe categoría y que los clubes, normalmente, no aceptan. Y así fue en las dos primeras puertas que tocó su padre hasta que llegó el turno del Parque Sureste. El pequeño pasó la prueba pero una semana después todo pudo truncarse.

Antes de su segundo entrenamiento con el Parque Sureste, y sin haber cumplido los cuatro años, Paulo se rompió la tibia y el peroné en un desafortunado accidente con un monopatín. "No dejaba de pensar en el fútbol y cuando volvió, en septiembre, todavía cojeaba".

"Hacía cosas con seis años que niños con 12 ni se imaginaban"

Ya recuperado, su padre tomó la decisión de probar en un nuevo equipo, el Adpi Rivas, ya desaparecido, dirigido por Mario Pato, que recuerda la primera vez que vio a Paulo. "Una jugada me bastó para saber que ese niño de cinco años tenía un don, que estaba tocado por una varita". Fue el primer equipo federado en el que compitió el pequeño, que promedió una media de cinco goles durante casi dos temporadas.

Pero el salto llegó cuando entró en la Escuela de Tecnificación Estrella de Madrid, en la que trabajaba Roberto Rojas, entrenador de la cantera del Real Madrid. Por allí estaba también Ángel Saguar, actual técnico de infantiles del Getafe, que tampoco olvida aquel domingo de 2013. "Roberto me dijo literalmente: 'Ángel, échale un ojo a ese crío de seis años porque no sé si me estoy volviendo loco'. Y no, no lo estaba. Aquello era un espectáculo, hacía cosas con seis años que niños con 12 ni se imaginaban".

Tras hablar con el padre de Paulo, Rojas contactó con el director de captación del Real Madrid. "Organizamos un partido para que viera al chaval. Lo vio entero, pero nos dijo que a los cinco minutos casi se va porque ya lo había visto todo". Días después, Paulo entraba a formar parte de la cantera del club blanco en categoría prebenjamín. El resto ya es historia.

"No es ya solo el increíble don que tiene, también es cómo se prepara, cómo entrena y cómo se comporta durante los partidos"

Su paso por la cantera en estos últimos seis años se resume en una palabra: espectáculo. Ha destacado en todos los equipos, ha batido todos los récords goleadores -suma cientos de goles en todas las categorías- y ha dejado con la boca abierta a todos los entrenadores con los que se ha enfrentado.

"Es muy difícil que no llegue", explica Saguar. "La mayoría no lo hace, pero este chico lo tiene absolutamente todo para hacerlo. No es ya solo el increíble don que tiene, también es cómo se prepara, cómo entrena y cómo se comporta durante los partidos. Es tremendamente especial".

El futuro dirá. Con 13 años recién cumplidos, Paulo afronta dos temporadas clave en su evolución física. "Si no se encuentra con un entrenador que diga que no le valen los jugadores pequeños, llegará", insiste Saguar. Mientras, las comparaciones con Messi y Luka Modric seguirán siendo la norma en los medios deportivos de la capital, donde ya es una estrella.

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