Yongsheng agradece 12 años de vida en Monforte con material sanitario

El propietario del bazar Caprichos, que se considera un monfortino más junto a su pareja y sus tres hijos, donó guantes, mascarillas y geles desinfectantes al hospital comarcal
Lin Yongsheng, en una imagen de archivo, en su tienda Caprichos. AEP
photo_camera Lin Yongsheng, en una imagen de archivo, en su tienda Caprichos. AEP

La colaboración ciudadana con el hospital comarcal de Monforte sigue en marcha. Entre las últimas aportaciones está la de Lin Yongsheng, el gerente del bazar Caprichos, ubicado en la Avenida de Galicia de la ciudad del Cabe, que ha donado mascarillas, guantes y botes de gel desinfectante.

Los sanitarios del hospital de Monforte, como los de la mayoría de los hospitales gallegos, hacen estos días frente al coronavirus con pocos medios, especialmente en cuanto a equipos de protección. Por ello, iniciativas como la de Lin Yongsheng, Cruz Roja o el instituto A Pinguela, efectuadas en los últimos días, son especialmente agradecidas.

Este empresario recopiló todo el material que tenía en la tienda y a través de un equipo de enfermeras lo hizo llegar al complejo hospitalario. “Es una situación en la que toda ayuda es necesaria. Reunimos unas siete cajas pero si logro hacerme con más mercancía también la enviaré. Al hospital, a la Policía o a los centros en los que pueda hacer falta”, insiste Lin.

El hombre llegó a Monforte hace unos doce años y el poco tiempo entró en el sector comercial. “La acogida de los monfortinos fue estupenda, a lo que hay que añadirle me gusta este sitio y a mi familia también”, explica.

“Es duro para todos pero cuanto antes cumplamos las normas antes regresaremos a la normalidad”

“Tenemos tres niños. Todos nacieron en el hospital de Monforte y acuden al colegio de los Escolapios, por lo que son totalmente monfortinos. Es nuestro deber ayudar a la ciudad que nos dio tan buena acogida y en la que estamos plenamente adaptados”, destaca.

Para coordinar la entrega del material recurrió a unas enfermeras que residen cerca de su casa. “Hablé con ellas e hicieron las gestiones. Después decidimos que llevasen ellas mismas el material para evitar cualquier riesgo”.

Cuando se anunció el estado de alarma, Lin Yongsheng tuvo que cerrar su comercio como los demás vecinos. “Para nosotros era una situación en parte esperable porque seguimos muy atentamente las noticias que llegan de China, donde está parte de nuestra familia. Sabíamos que si llegaba el virus habría que cerrar”, apunta. “Es duro para todos pero cuanto antes cumplamos las normas antes regresaremos a la normalidad”, concluye.

OTRAS APORTACIONES. En los últimos días la asamblea local de Cruz Roja también reunió material de protección para los sanitarios de la ciudad. Además, un equipo de profesores del instituto A Pinguela utilizó las impresoras 3D que hay en el centro para elaborar caretas que también distribuye entre quienes las soliciten.

Una vecina tiene en Pantón una vivienda a disposición de sanitarios y trabajadores de emergencias y seguridad.

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