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...Y para fiestas, Lugo

El Concello sigue sin resolver los problemas de la ciudad, pero lo borda en las celebraciones

Una parte del público que acudió al Caudal Fest el año pasado. SEBAS SENANDE
photo_camera Una parte del público que acudió al Caudal Fest.SEBAS SENANDE

NO DIGAN FIESTA, digan Lugo también podría ser otro eslogan para promocionar la ciudad, al margen de aquel famoso ...Y para comer, Lugo, ideado por el que fuera responsable provincial de Turismo, Alfredo Sánchez Carro, y que rescató hace unos años la Asociación Provincial de Hostelería.

Porque Lugo no tendrá una empresa emblemática como en su día fue Frigsa que cree empleo y atraiga población, ni un comercio capaz de disuadir al resto de la provincia de que puede ofrecer tanto como los centros comerciales de otras capitales, ni un campus con capacidad de atracción para volver a llenar las aulas como hace décadas. Pero puestos a presumir, sí que parece que destacamos en algo, en organizar fiestas, y si tuviéramos de alcalde a Abel Caballero ya circularía por las redes sociales un vídeo suyo retando a los regidores de Río o Múnich para ver quién tiene la mejor fiesta.

Y seguramente hace falta más coordinación con otros concellos para tratar de que los turistas, que cada vez son más, se queden unos días a disfrutar de nuestra provincia en lugar de dar una vuelta a la muralla, entrar en la catedral, tomar una tapa en la calle de los vinos y coger carretera para otra capital. Pero lo que no se puede es quitarle mérito al interés del gobierno local por organizar verbenas, ferias, festivales o meriendas, como buenos herederos de la costumbre romana del pan y circo. No serán capaces de resolver los históricos problemas de la ciudad y del Concello —proyectos de obras paralizados, ralentización de trámites, impago de facturas, personal escaso y cabreado...—, pero a ramistas parece que no hay quien les gane.

El último ejemplo de exitosa organización de una fiesta se vivió el pasado fin de semana con la primera edición del Caudal Fest, un ambicioso proyecto con nada menos que un millón de euros de presupuesto —Arde Lucus y San Froilán no se acercan a esa cifra—que superó expectativas al haber congregado a 22.000 personas en dos días. 

Fue organizado en un mes sin eventos multitudinarios en la ciudad, con la mayoría de los trabajadores y estudiantes reincorporados a la rutina y aprovechando la agradable climatología de septiembre y el remate de las giras de los artistas de renombre. Pero aunque había buenos ingredientes, el plato hay que cocinarlo bien para que guste y parece que así se hizo.

El Caudal Fest, que se dice que generó un retorno económico para la ciudad de 3 millones de euros en base a lo que aportan a otras ciudades festivales similares, se celebró como antesala de otra gran cita festiva de Lugo, el San Froilán. Durante casi un mes, parte del casco histórico y el entorno del parque Rosalía de Castro, estarán patas arriba para recibir a miles de personas que acudirán a los conciertos, al recinto ferial y a las casetas del pulpo. Hay quien considera que son demasiados días de fiesta, aunque lo cierto es que la ciudad nota el efecto económico de esta convocatoria, al igual que ocurre con el Arde Lucus.

Policías locales

No se sabe si se avecina otra guerra entre sindicatos de la Policía Local y gobierno local, pero el plante anunciado por los agentes para no hacer horas extra en San Froilán fue rápidamente contestado por la alcaldesa anunciando que ordenará si hace falta por decreto los refuerzos. De momento suena a medida de fuerza de los policías para que se abonen atrasos y se impulse la RPT, aunque ya se verá hasta dónde llega el pulso.

Concurso de tapas

Doce locales de hostelería finalistas en el concurso de tapas vuelven a ofrecer este fin de semana sus creaciones, pero ahora será un jurado el que las califique. Es un evento consolidado, pero que necesita pulirse, porque algunos locales parecen haber rebajado el nivel, mientras otros no llegan a cumplir el horario mínimo para no entorpecer sus cocinas. Quizá el jurado debería ser el que hiciese una preselección de participantes.

Comercio local y online

La consejera de Economía de Castilla y León propuso hace días que las tiendas cobren a aquellas personas que se prueban ropa en sus locales para evitar que luego acaben comprando ese producto a través de internet. De momento, algunos pequeños establecimientos han optado por evitar la picaresca dando vales de compra si se devuelve el producto, en lugar de reintegrar el dinero, pero eso no gusta al cliente.

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