Opinión

Y ellos, sueltos

OBSERVANDO la inconsistencia jurídica y procesal con que, a veces, se enchirona de forma preventiva a presuntos culpables de delitos menores, no puede sorprender que sean muchos los escandalizados, viendo con asombro como los independentistas catalanes, transgresores de las leyes y de la misma Constitución (rebelión, sedición…), siguen sueltos y desafiantes con el Estado de derecho y con los ciudadanos que ven, impotentes, las desigualdades de la Justicia, por mucho que traten de disfrazarlo de conflicto político. No pocos de esos raterillos y chorizos de poca monta se pasan a la sombra meses o años sin ser juzgados, y si al final resulta que se les declara inocentes, si te he visto no me acuerdo, no quedándoles otro remedio que tragarse la ligereza de los instructores. Entre tanto, estos bravucones con disfraz soberanista, ciscándose en la Justicia, burlando las fuerzas del orden y las timoratas amenazas del Gobierno, se lo pasan por el forro un día sí y otro también, haciendo lo que les place, sorteando todos los resortes legales y carcajeándose de la impotencia e incompetencia de quienes les amonestan de palabra, porque saben que de obra están a cubierto.

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