La Xunta obtendrá 300.000 euros con la venta de los residuos metálicos del Xeral

Los técnicos prevén que se retiren unas 1.800 toneladas de chatarra en la demolición que e sacarán a concurso

Ramón Fernández, Santiago Catalán, José Manuel Balseiro y Ramón Carballo, en el Xeral. SEBAS SENANDE
photo_camera Ramón Fernández, Santiago Catalán, José Manuel Balseiro y Ramón Carballo, en el Xeral. SEBAS SENANDE

La demolición del viejo Hospital Xeral generará unas 1.800 toneladas de residuos metálicos -acero inoxidable, plomo y cobre, entre otros- que la adjudicataria de las obras, Tragsa, enajenará y venderá en un concurso público. Los técnicos calculan que, dependiendo del fluctuante precio que caracteriza al mercado de la chatarra, generará alrededor de 300.000 euros, que revertirán a las arcas del Sergas.

En esas 1.800 toneladas van incluidos tanto materiales metálicos (barandillas, tuberías, chapas, perfiles...), como maquinaria inservible.

Este curioso dato se dio a conocer este miércoles tras la firma del acta de replanteo, entre Sergas, Tragsa y la dirección de obra, que supone el pistoletazo de salida para tirar abajo este centro sanitario, inaugurado en 1975 y que cerró sus puertas al público 36 años después, en enero de 2011, tras la apertura del Hula.

El delegado territorial de la Xunta, José Manuel Balseiro, afirmó este miércoles que con este macroproyecto se "devolverá o esplendor mellorado" al barrio de A Residencia y "se ganarán servicios" para Lugo.

Cuando la parcela quede limpia, se destinará a la construcción de un geriátrico de 120 plazas -con unos 75 trabajadores- y a acondicionar un parque urbano de unos 9.000 metros cuadrados

Las obras de derribo, presupuestadas en 3,2 millones de euros y con un plazo de ejecución de unos siete meses, se acometerán en varias fases. Está previsto que trabajen más de medio centenar de operarios, entre personal de Tragsa y de empresas subcontratadas.

Una vez que el personal de mantenimiento del Sergas terminó el pasado lunes de retirar todo el material y maquinaria que se puede reutilizar, desde este miércoles se vallará el recinto, se instalará un montacargas y se vaciará el inmueble, con 20.133 metros cuadrados construidos. Esos trabajos durarán "un mes ou un mes e medio", según apuntó José Manuel Balseiro.

MATERIAL NOCIVO. Después se retirará el amianto, proceso que llevará dos o tres meses. Será una minuciosa labor. Este material nocivo para la salud se localiza, sobre todo, en los sótanos y en la última planta. Se aislarán herméticamente las zonas de actuación con una burbuja, en cuyo interior trabajarán los operarios de una empresa autorizada con escafandras y extractores de aire con filtros para que no salga al exterior ninguna partícula contaminante.

Una gestora de residuos se encargará del amianto, como de los demás materiales, pues esta será una demolición "selectiva", en la que se irán separando hormigón, metales, madera, vidrio, plásticos y aceites.

Los últimos tres meses, aproximadamente, se dedicarán a tirar muros y fachadas hasta que solo quede el esqueleto del edificio

ZAHORRA. Con los residuos de hormigón, alrededor de 6.400 metros cúbicos, y los cerámicos, otros 4.800, se obtendrá zahorra que se reutilizará para los firmes de carreteras o los rellenos de urbanizaciones, dependiendo de la calidad del material.

Los últimos tres meses, aproximadamente, se dedicarán a tirar muros y fachadas hasta que solo quede el esqueleto del edificio para que pesadas palas con cizallas lo acaben de engullir. Se pasará así de la demolición manual, elemento a elemento, a la mecánica. Se prescinde de voladuras por el riesgo de contaminación con el amianto y por la proximidad de casas.

Cuando la parcela quede limpia, se destinará a la construcción de un geriátrico de 120 plazas -con unos 75 trabajadores- y a acondicionar un parque urbano de unos 9.000 metros cuadrados. Además, la Xunta revertirá la titularidad de unos terrenos a la Tesorería General de la Seguridad Social para que pueda cederlos al Ministerio de Interior para la futura comisaría de la Policía Nacional, según precisó este miércoles el jefe territorial de Vicepresidencia y de la Consellería de Presidencia, Ramón Carballo.

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