Vuelven los baches y las quejas por el deterioro de la carretera N-540

Los alcaldes de la comarca piden que se ejecuten las obras acordadas para rehabilitar la principal vía de unión entre Lugo y Ourense

N540
photo_camera Un coche pasa por uno de los tramos deteriorados de la N-540. TOÑO PARGA

Con la llegada del otoño y las lluvias ha vuelto a aparecer la principal pesadilla para los usuarios de la carretera N-540, los baches. Tanto los vecinos de la comarca de Chantada como sus representantes políticos advierten de que las obras de emergencia llevadas a cabo la pasada primavera no son suficientes para que la conexión natural entre Lugo y Ourense presente, por fin, un buen estado.

El alcalde de Carballedo, el popular Julio Yebra-Pimentel, recordó que en los actuales presupuestos del Estado hay una partida de cuatro millones de euros destinada a rehabilitar la infraestructura. El Ministerio de Fomento tendría que invertir uno en el año actual y tres en el que viene. "Estamos a mediados de novembro e a primeira fase deste proxecto aínda non se comezou", señaló el regidor.

Además de esta cantidad de dinero procedente de las arcas del Estado, Yebra-Pimentel precisó que el plan de conservación de carreteras de Galicia reserva para la N-540 otros seis millones de euros. Tampoco se han invertido. "Está moi ben aprobar, pero tamén hai que executar", concluyó Yebra.

La ausencia de actividad se destaca también desde Chantada. Su alcalde, el independiente Manuel Lorenzo Varela, confirmó que "na nosa zona non se viu investimento ningún desde as obras de emerxencia". Varela se mostró preocupado por la posibilidad de que el mal tiempo provoque un paso atrás.

"Se vén un inverno igual de malo que o último, en marzo a estrada volverá estar na mesma situación ca antes", afirmó.

Ambos alcaldes reconocen que la inversión de tres millones inyectada a través del plan de emergencia supuso una mejora de la carretera. Muchos baches se taparon y el firme no es tan inestable. Aun así, la N-540 todavía necesita más arreglos y los usuarios diarios destacan que lo que se ha hecho hasta ahora no basta.

Muchos temen que con la llegada de las heladas y las lluvias la carretera regrese a su antiguo aspecto, plagado de agujeros y grietas, y que viajar entre Lugo y Ourense suponga de nuevo un desafío y una más que probable visita al taller por estropicios en los vehículos. Uno de los tramos más problemáticos es el que une Chantada con la capitalidad de Carballedo, A Barrela. En él ya pueden verse varios baches de considerable tamaño, que obligan a los conductores a hacer maniobras arriesgadas para esquivarlos.

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