Voces enjauladas

De acuerdo con la Ley General Penitenciaria, "el penado no es un ser eliminado de la sociedad, sino una persona que continúa formando parte de la misma, incluso como miembro activo". Precisamente por eso, para reducir las barreras entre el 'dentro' y 'fuera' de los muros, a lo largo de los años se han ido consolidando en los cinco centros penitenciarios gallegos varios medios de comunicación hechos para y por los reclusos. En ellos encuentran al mismo tiempo una vía de escape a su mundo de encierro y un modo de prepararse para su regreso al que les espera una vez cumplida su condena. 
 
En general, las revistas y los blogs son los principales medios de expresión de los presos y están presentes, en mayor o menor medida, en todos los centros penitenciarios gallegos. En la cárcel pontevedresa la revista A voz de A Lama lleva imprimiéndose casi una década, y ahora la ONG Agareso se propone "meterle mano para profesionalizarla un poco".

En Bonxe (Lugo) se publican otras dos. La más longeva es Acento, una publicación trimestral que ya se imprimía en 1998 y que consta de 36 páginas, la más esperada de las cuales es El martillazo, que pone nota al funcionamiento del centro. Los responsables de supervisar estos medios son educadores y trabajadores ocupacionales que coinciden en que funcionan como "cualquier publicación de fuera". “No se puede escribir nada que no se pudiese poner en un periódico real: ni insultos, ni descalificaciones ni mentiras", explican, antes de apuntar con ironía: "Bueno, luego abres cualquier periódico 'de verdad' y también las hay”.

En Monterroso destaca la revista de carácter sanitario Ave fénix, confeccionada por un grupo de internos y personal médico del centro y que se envía a todas las penitenciarías y a algunas instituciones en el exterior. Sin embargo, la iniciativa más aclamada por los internos del centro lucense es El corazón lejano, un blog parte del proyecto de cooperación internacional Grundtvig, que a lo largo de dos años recogió los relatos autobiográficos de 17 presos.

Estas entradas, en las que recordaban desde pasajes de su infancia o de su tierra natal hasta momentos en los que decidieron delinquir, fueron recopiladas en 2009 en un libro que, con el mismo título, publicó el Ayuntamiento de Monterroso. El coordinador del proyecto, Pedro Cantero, asegura que "con este libro hemos realizado un sencillo homenaje a todos ellos, los verdaderos protagonistas".

Pinitos radiofónicos
La inauguración en febrero de una emisora de radio en el centro de A Lama (Pontevedra) supuso la apertura de una nueva vía de comunicación en las penitenciarías gallegas, ya que, por el momento, es la única a nivel autonómico. A Radio, como la han bautizado los internos, nació gracias a la colaboración de la ONG Agareso, desde donde ya se plantean extender el modelo a otras prisiones. "Ya hemos hecho algunos contactos, pero por ahora son más oficiosos que oficiales”, comenta el presidente, Juan de Sola, quien de momento no promete nada porque “son proyectos que necesitan apoyo institucional y tiempo para cuajar”.

Todo empezó en 2008, a partir de la propuesta de la ONG a la dirección del centro de organizar tertulias radiofónicas semanales con algunos de los internos. Estos pinitos se emitieron primero en Onda Cero y, cuando acabó la temporada, siguieron retransmitiéndose a través de la página web de Agareso.

La propia ONG se encargó, cuando empezó a tomar forma la idea de consolidar una radio dentro del propio recinto, de impartir talleres de formación sobre el periodismo en general y ese medio en concreto, con el fin de que los internos interesados contasen con las "nociones básicas para tener un mínimo colchón a la hora de ponerse a trabajar", como explica De Sola.

Ileana Gheorge, Paco Merchán, Raúl Seisdedos, Iván Aluja y Toni Dacuña son los cinco internos sobre los que recae el peso de A Radio. Emiten programas de producción propia, centrados en áreas como deportes, informativos, cultura y entretenimiento, desde las diez de la mañana hasta las siete de la tarde, con una pausa al mediodía. Por la noche se emite programación enlatada, principalmente reposiciones y música.

“Nos metimos muy poco en la programación, porque es muy difícil conocer cómo es la vida dentro de un centro penitenciario yendo sólo dos o tres horas a la semana", comenta De Sola. Considera que la radio es una opción para que los internos tengan "algo que les identifique", y asegura que A Radio  “no tiene nada que envidiarle a otras emisoras, y su componente social la diferencia de todas las demás”.

A lo largo de este mes de emisiones ya se ha consolidado un programa estrella: El son de la cárcel, emitido cada mañana y caracterizado por el humor, uno de los elementos claves de la línea editorial, que busca "la tolerancia y la parte positiva de las cosas y la vida por encima de lo negativo", en palabras de Juan de Sola, que se muestra orgulloso de que, dentro de un ambiente marcado por lo negativo, la radio sea "un canto a la vida".

10 años de Chicass10
De todos los medios de comunicación gallegos que han surgido entre rejas, uno de los más conocidos (y reconocidos) es el blog Chicass10 que llevan las reclusas del módulo de mujeres de Teixeiro (A Coruña). Aunque oficialmente el blog nació en 2007, el camino de Chicass10 se remonta a 2001, cuando empezó a imprimirse dentro de la cárcel la revista homónima que, 6 años después, sería reemplazada debido a la falta de presupuesto.

La asociación que ha hecho posible el proyecto durante tantos años es Nosotras Intramuros, de la que forma parte Pilar Mingote, que reconoce que la intención inicial era proporcionar a las presas un trabajo con el que sacasen algo de dinero. No fue posible porque, como critica Mingote, “no hay ninguna subvención que nos permita dar dinero directamente a las presas, siempre se queda por el camino".

Sí que han podido cumplir con otros objetivos: proporcionar a estas mujeres competencias en comunicación, darles una formación y hacer visible su situación, marcada por la "discriminación normalizada que sufren en las prisiones", según Pilar, que tras tantos años se siente frustrada por las carencias del sistema penitenciario. “¿Con qué criterio moral animas a trabajar a mujeres, sabiendo que cuando salen no tienen un duro, que muchas son indigentes?”, protesta.

Se muestra especialmente dura con el desinterés institucional, ya que asegura que tras una década de trabajo sólo empezaron a reconocerlas "cuando llegaron nominaciones a diversos premios y artículos de prensa" y que ni siquiera entonces las ayudaron económicamente. Señala que "si hubiese un proyecto de mujeres en la institución, no seríamos necesarias", y hace hincapié en que "la función del asociacionismo no es lavarle la cara a las instituciones".

Está convencida de que a este ritmo “la asociación no va a durar mucho más, puede que sólo un año" y acusa a la cárcel de que sólo se interese por que "paguemos el seguro de vida para asumir la responsabilidad si nos pasa algo dentro”. Pese a todo, Pilar considera “un milagro" haber resistido tanto tiempo y se siente orgullosa: “Hemos creado, entre ellas y nosotras, un espacio de cultura y libertad en la cárcel”.

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