Un vino con más de cien horas de luz y vendimiado durante la noche

Pablo González saca el primer caldo de la comarca hecho tras una recolecta nocturna
Pablo González, con una botella del vino vendimiado por la noche. EP
photo_camera Pablo González, con una botella del vino vendimiado por la noche. EP

La bodega EDV 2015 llamó la atención la pasada temporada de vendimias por apostar por una recolecta nocturna, la primera que se realiza en la Ribeira Sacra. Fruto de esos trabajos llevados a cabo bajo la luna surgió un Don Cosme de la variedad Godello y es inevitable preguntarse si el hecho de recoger la uva tras la puesta de sol ha influido en el producto final.

El responsable de la firma, Pablo González, admite que vendimiar por la noche es una actividad que impacta por novedosa. Sin embargo, asegura que su objetivo no miraba en esa dirección. "A particularidade da elaboración deste viño non reside na vendima nocturna, senón en ter sometido a uva a máis de cen horas de luz ininterrompidas", señaló el viticultor.

Este procedimiento fue, según detalla, totalmente experimental. Se hizo en Margaride (Quiroga) y el resultado ha sido tan positivo que este año repetirá. Por el momento, el primer Don Cosme godello vendimiado de noche y sometido a más de cien horas de luz ha salido al mercado en 800 botellas. Ayer se presentó en San Clodio (Ribas de Sil), durante una cata a la que asistieron miembros del Club Montañeiros Celtas, que visitan la comarca para conocer el geoparque mundial.

EL VINO. Pablo González detalla que la intención de este nuevo proceso buscaba "estimular a fotosíntese da pranta". Esta estaba sometida a la luz diurna y a unos focos especiales conectados durante la noche. "Importábame o estado fisiolóxico da pranta e ter uns racimos que aproveitaran as tiradas de zume", comentó.

Estimular la savia en vez de tirarla y conseguir una sobremaduración y regulación de la acidez formaban parte de una lista de metas que, según Pablo González, se han cumplido. "O resultado nótase moito no viño, que diría que é o único de Europa que foi sometido a máis de cen horas de luz ininterrompidas. O seu aroma é normal, pero en boca é espectacular", afirma.

Otro de los detalles en los que se fijó Pablo González fue la temperatura. "Unha vendima a 30 graos supuña moitos problemas e nos obrigaba a someter a uva a frío. Traballando pola noite, esta situación corrixiuse. A experiencia non puido ser máis positiva", concluyó el viticultor.

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