Un lucense que viajó de Barcelona a Lugo en tren acabó en urgencias como consecuencia de las picaduras de pulga que sufrió durante el viaje.
El pasajero acaba de denunciar el caso, que se produjo el 3 de febrero, indignado porque Renfe no respondió en tres meses a la reclamación que presentó. "Es que ni siquiera me ha llamado nadie para pedirme disculpas, que me parece lo mínimo", se queja.
El viajero, P.I., vino a Lugo en el tren hotel, como suele hacer regularmente, y viajó en butaca, "porque es un servicio que siempre me ha parecido muy cómodo". Cuando estaba ya cerca de Lugo se despertó porque sentía un intenso escozor en el cuello, los brazos y la espalda y se fue al baño para intentar entender qué le estaba ocurriendo. Cuando se paró ante el espejo, dice, se quedó perplejo, porque tenía el cuerpo lleno de unas ronchas enormes.
El pasajero cuenta que el médico "flipó" cuando vio las ronchas que le habían provocado
En la estación, su padre le recogió y lo llevó a que le vieran en el servicio de urgencias de uno de los hospitales privados de Lugo, donde le tuvieron que inyectar un antihistamínico y le prescribieron un tratamiento de tres días para bajar la hinchazón. "Cuando me vio las ronchas, el médico flipó", cuenta P.I, que detalla que las pulgas se cebaron especialmente con una cicatriz que tenía en el brazo, consecuencia de una operación que le habían practicado poco antes.
Tras pasar por el hospital, el viajero volvió a la estación del tren de Lugo y presentó una reclamación, pero Renfe nunca le contestó, censura.
Dice que sabe que el viajero que iba en la butaca más próxima a la suya no sufrió picaduras, pero no sabe si otros pasajeros pudieron haber sido atacados por los insectos, porque solo tuvo tiempo de preguntar al que tenía más próximo.
P.I. está indignado con la situación, aunque dice que siempre viaja en tren porque le resulta cómodo. De hecho, tras unos días en Lugo y con los ronchones ya bajo control regresó a Barcelona de nuevo en tren (13 horas de viaje).
Eso sí, para el regreso se llevó protección. "Mi madre, preocupada, se fue a los chinos y me compró un plástico enorme para proteger la butaca y que viajara aislado por si seguía habiendo pulgas", cuenta.
Ya en el tren, dice que le preguntó al revisor si se había desinfectado el convoy y asegura que este le dijo que cada vez que se hace esa operación hay que parar el tren durante tres días y que no le constaba que ese convoy hubiera estado fuera de circulación en esas fechas.
"En este caso, al ser un asunto poco frecuente, el servicio de posventa, que tramita las reclamaciones, pidió a los responsables del tren que ampliasen la información antes de contestar al viajero", apuntó Renfe. La empresa también apuntó que los trenes pasan por un proceso de desinsectación que se lleva a cabo "siguiendo de forma rigurosa la norma que regula este asunto".
Este tren, como todos los demás, se desinsecta de forma regular, apuntó la empresa. Renfe también concretó que el lucense fue el único viajero del tren que presentó reclamación por picaduras de pulgas. Tras decidir hacer público su caso y enviar una nueva comunicación a Renfe, en la que anunciaba su decisión de contar en los medios que había sufrido un ataque de pulgas en el tren a Lugo, el viajero recibió ayer una respuesta ya de los servicios de atención al cliente de Renfe, que le reintegraron el coste del billete.
