Verstappen gana en Silverstone y acaba con la tiranía de Mercedes

Carlos Sainz finaliza decimotercero, penalizado por una desastrosa parada en boxes
Verstappen. BRYN LENNON (EFE)
photo_camera Verstappen. BRYN LENNON (EFE)

Vestido de estratega con un neumático duro que le permitió alargar su primera parada, Max Verstappen (Red Bull) derrotó este domingo en Silverstone a los hasta ahora imbatibles Mercedes para apuntarse su primera victoria de esta temporada, la novena de su carrera, en el Gran Premio del 70 Aniversario de la Fórmula Uno.

A la quinta carrera de la temporada 2020, cayó la fortaleza de Mercedes. Lo hizo gracias a la picardía de Red Bull, que en vista de las dificultades de las flechas plateadas con el desgaste de sus neumáticos sobre el asfalto de Silverstone (Reino Unido) apostó por que Verstappen hiciera su segunda ronda de clasificación (Q2) con neumáticos duros para salir con ellos en carrera.

El impetuoso Max se disfrazó de estratega... Y venció. Salió del cuarto lugar, se puso líder y aguantó con las ruedas de salida hasta el intermedio de la prueba. Tomó toda la distancia posible mientras los Mercedes sufrían para conservar sus neumáticos, y se protegió cambiando las gomas cuando el finlandés Valtteri Bottas (Mercedes) le amenazaba pasando por talleres. Le imitó y superó en un par de curvas, y transitó sin sobresaltos hacia la victoria, para el disgusto del nórdico, que salió de la pole y acabó tercero, y del líder, el británico Lewis Hamilton, que remontó para ser segundo.

Los neumáticos que protagonizaron a base de pinchazos la prueba del domingo pasado convirtieron el segundo asalto de Silverstone en una divertidísima carrera que le pone un poco de pimienta al Mundial de Fórmula Uno, del que Hamilton es líder sólido (107 puntos) pero en el que Verstappen ya es segundo a 30 de distancia (77).

Verstappen es segundo en el  Mundial a 30 puntos de Hamilton

El neerlandés cocinó su victoria desde el inicio, ya que antes de la primera curva se había quitado de en medio al alemán Nico Hülkenberg (Racing Point), la sorpresa de la clasificación con su tercer puesto del sábado. Hamilton se fue a por Bottas, pero el poleman finlandés aguantó sus embestidas.

Coherente con lo que se había visto durante el fin de semana, la salida del Ferrari del alemán Sebastian Vettel fue catastrófica. El tetracampeón mundial, que salió undécimo, reaccionó mal en la frenada de la primera curva y perdió el control del eje trasero de su monoplaza, que hizo un medio trompo y por poco no fue atropellado por Sainz y Kvyat. El papelón le dejó en el último lugar y le obligó a intentar la remontada.

Mientras tanto, Verstappen con el neumático duro se iba acercando cada vez más al Mercedes de Hamilton, que intentaba resguardar al máximo posible su neumático medio. En torno a la décima vuelta ya lo tenía a menos de un segundo y el neerlandés podía afilar el cuchillo, incluso contra los consejos de su propia escudería, que le rogaba que retrasara un poco el ataque. "Es la única oportunidad que vamos a tener", replicó el valiente piloto de Red Bull.

Hamilton sufría con sus neumáticos traseros. "Están acabados", le decía al equipo por la radio, segundos antes de que Verstappen comenzara a atacarle.
Mercedes reaccionó mandando a Bottas a los talleres para protegerle del ímpetu de Verstappen, un brevísimo paso por talleres para colocar el neumático duro y acabar sexto, por detrás de los Racing Point y del Renault del australiano Daniel Ricciardo. Acto seguido entró Hamilton y Verstappen cogió el liderazgo, cuando corría la vuelta 14.

El líder del Mundial salió por detrás de Bottas y del Ferrari del monegasco Charles Leclerc, sexto justo por delante de Carlos Sainz, otro que había optado por el neumático duro y que lo aprovechaba para escalar puestos. El Ferrari del monegasco, quien seguía resguardando el neumático inicial, no fue obstáculo para Hamilton, que se lo quitó de encima sin esfuerzo.

Verstappen comenzaba a ser una pesadilla en el garaje de Mercedes, donde se temían que su estrategia fuera a una sola parada. Mientras tanto, el neerlandés se anotaba alguna vuelta rápida y se permitía el lujo de vacilar en las comunicaciones por la radio. "Mis ruedas se sienten bien", decía Max a sus ingenieros.

El paso por boxes condenó a Sainz

Por su parte Sainz, que iba cuarto hasta entonces, entraba a cambiar los neumáticos y volvía a encontrarse con el lunar de McLaren en esta temporada: las paradas. El madrileño vio cómo se quedaba una conexión enganchada con su McLaren, lo que retrasaba su salida, y luego tenía que frenar antes de salir a la calle de garajes porque pasaba un Renault. Un desastre para el coche naranja papaya, que tras el paso se quedó duodécimo con neumáticos medios, entre Ricciardo y Vettel y lejos de donde debería estar.

Cuando llegó el ecuador de la carrera, Verstappen seguía volando y le metía 18 segundos a Bottas, tiempo suficiente para hacer la parada. Red Bull le colocó neumáticos medios y salió segundo, justo por detrás del finlandés, al que adelantó apenas en un par de curvas, entre los aplausos de los mecánicos de su taller.

Oliéndose el triunfo, Verstappen puso la directa, mientras entre el octavo y el undécimo puesto había una bonita batalla en la que Ricciardo calculaba mal y se iba fuera de pista, mientras Vettel presionaba a Sainz de forma inmisericorde. No le ganó la posición en pista, pero sí en las paradas, con una buena maniobra de Ferrari y pese a que esta vez McLaren no hizo tan mal trabajo. A ninguno le sirvió de mucho, porque acabaron duodécimo y decimotercero.

En la vuelta 33, Mercedes tomó la iniciativa llamando a Bottas a los talleres y Red Bull reaccionó haciendo lo mismo con Verstappen, por lo que ambos retornaron a la pista en el mismo orden, con Hamilton por delante, sufriendo con sus neumáticos y preguntando constantemente por ellos al taller. A 15 vueltas del fin, ¿sería capaz Mercedes de jugársela e intentar llegar con ellos al final?

Hamilton hizo con neumáticos duros las últimas vueltas

La incógnita se resolvió cinco vueltas después, cuando Mercedes llamó a Hamilton a los talleres para ponerle neumáticos duros. Salió el británico cuarto, por detrás de Leclerc. En Red Bull vieron en ese momento el cielo abierto y Verstappen supo que tenía la victoria en el bolsillo.

Hamilton salió dispuesto a hacer diez vueltas de clasificación, encadenando sus mejores tiempos e incluyendo un ajustadísimo adelantamiento a Leclerc para subirse al podio. El líder del Mundial, insaciable, se fue también a por Bottas, que sufría con sus neumáticos también, y acabó llevándose la segunda plaza.

Pero nada alteró la alegría de Verstappen, que quiebra la dictadura de Mercedes y se convierte en el segundo clasificado del Mundial (a 30 puntos de Hamilton, eso sí) gracias a cambiar su ímpetu por una calculadora y acertada estrategia.

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