Opinión

Venta directa

AUN SI LAS ideas son buenas, solo lo son de verdad si saben aplicarse. No parece mala, en principio, la intención del Ministerio de Agricultura, con una normativa que permitirá a los ganaderos vender de forma directa, sin intermediarios, la carne y la leche de sus animales a pequeños comercios e incluso a los propios consumidores, sin ningún tratamiento térmico, por lo cual será necesario hervirla antes de su ingesta. Se trata de una práctica comercial que lleva décadas desarrollándose con éxito en Italia, Alemania o Francia, pero es obligado que las granjas cumplan la estricta normativa sanitaria en relación con la calidad y su enfriamiento tras el ordeño. Deberá servirse debidamente envasada, con cierre y fecha de caducidad. Será la mayor dificultad; el consumidor suspicaz nunca despejará la duda de si se cumplen o no los requisitos. En unos casos sí se respetarán; en otros, depende. Somos aquí muy dados a la picaresca como para que la confianza sea absoluta. Con la carne también se exigirán preceptivos controles. En teoría, mejorará el producto y los precios al no haber intermediarios. En la práctica, ya se verá.

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