Los vecinos se movilizan tras la invasión de una casa en Albeiros

La Policía actuó ante un presunto hurto, pero en el barrio temen la llegada de okupas
Agentes de la Policía Nacional, delante de la casa donde entró la pareja. XESÚS PONTE
photo_camera Agentes de la Policía Nacional, delante de la casa donde entró la pareja. XESÚS PONTE

¿Okupación o hurto? Los vecinos de la calle Xoán Diego, en Albeiros, se llevaron este viernes por la tarde un buen susto cuando algunos de ellos vieron a una pareja desconocida entrando en una vivienda cerrada y vacía desde hace meses. La primera idea que se le vino a la cabeza al vecindario es que podría tratarse de un nuevo caso de okupas y la preocupación empezó a extenderse por la calle hasta el punto de que alertaron a la Policía Nacional, que se presentó en el lugar, muy próximo a una zona conocida como Garaballa de Abaixo, con dos patrullas.

La pareja fue avistada por un vecino poco después de las cuatro de la tarde. Sin embargo, horas antes los residentes en la zona se sorprendieron por la presencia de una bombona de nuevo uso justo delante de la casa. Otro detalle que llamó la atención a los vecinos es que una puerta lateral de la fachada de la casa estaba abierta, cuando siempre está cerrada. A través de esa puerta se puede acceder a la finca trasera de la vivienda, por donde pudo haber entrado la pareja. También algún vecino comentó que había visto que el pasillo de la vivienda aparentaba haber sido limpiado después de tantos meses sin estar habitada la casa.

La pareja escapó por la parte trasera de la vivienda y se piensa que saltó una alambrada de dos metros que la separa de la vía

La Policía, no obstante, informó de que se movilizó por un intento de un hurto, aunque no concretó si llegó a producirse un robo, dado que todavía no hay denuncia del propietario. La casa pertenece a un joven discapacitado que está ingresado en un centro.

La Policía afirma que la pareja escapó sin que pudiese darle alcance. Al parecer, por la parte de atrás de la vivienda. También algunos vecinos comentaban que la pareja había huido por la parte trasera, que da a la vía del tren con una alambrada de por medio. Pese a ello, algunas personas no daban crédito de que pudiesen haberlo hecho dado que aseguran que la valla llega a alcanzar los dos metros de altura.

Se ignora, por el momento, las intenciones que tenía la pareja y si lo que pretendía era okupar la casa o simplemente entrar a robar.

Lo cierto es que, al final, abandonó la vivienda quizás alertada por la presión vecinal -ya que varias personas llegaron a congregarse frente a la casa tan pronto como tuvieron conocimiento de lo que estaba pasando- o porque temían o detectaron la llegada de la Policía.

En esta calle -próxima a As Gándaras, donde hubo varios casos de viviendas okupadas- nunca se había dado ninguna okupación, quizás porque la mayoría de las casas están habitadas. Ahora la mayor preocupación de los vecinos es que se tapie la vivienda.