Los vecinos de la Gran Vía de Sarria decoran la calle con banderolas

Lo hacen como símbolo de unión ante la pandemia del coronavirus
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photo_camera Aspecto que presenta la calle con los adornos de colores

Aunque el día esté gris, el colorido se ha adueñado de la Gran Vía de Sarria, donde tres kilómetros de guirnaldas entrelazan entre sí los balcones de los vecinos como símbolo de unión ante la pandemia del coronavirus.

La idea partió de Arturo Carballeira, pero fue rápidamente secundada por el resto de residentes en este calle, que se ha ganado por méritos propios el ser una de las más animadas de la villa en los aplausos de las ocho de la tarde.

Hace unos días, este sarriano hizo un primer pedido de banderolas por internet y, al ver la buena acogida que tenía la propuesta, decidió ampliarlo. La intuición no le falló porque la calle acabó decorada con cerca de 3.000 metros de adornos de múltiples colores, "e máis que houbera". "A resposta dos veciños foi incrible, todos querían colgar dende as súas fiestras e balcóns, todo o mundo quería entrelazar", explica con orgullo.

La tarea requirió de un trabajo en equipo. Valiéndose de una pelota de tenis, los vecinos fueron lanzando los adornos de ventana a ventana y, aprovechando alguna fugaz bajada a la calle para depositar la basura, se sirvieron de una cuerda, "pero sen saltarnos o confinamento", aclara.

De cara a esta Semana Santa ya están pensando en nuevas propuestas 

El resultado es una calle cubierta por un arcoíris de colores, que gusta a niños y adultos, en sintonía con el símbolo de la lucha contra esta pandemia y el lema "todo saldrá bien". Según Carballeira, esta sucesión de guirnaldas cumple un triple objetivo porque "conectan coa idea do arco da vella", aportan un ambiente «festivo» a la zona y representan una forma de «enlazar veciños con veciños dalgún xeito».

Para Alba Rodríguez, otra de las residentes que se apuntó desde el primer momento a esta iniciativa, "la calle quedó muy bonita y nos anima a seguir en esta cuarentena», dando un toque de «luz, color y vida". "Desde los balcones fuimos subiendo las guirnaldas y pasándolas como pudimos de un edificio a otro hasta quedar unidos literalmente", comenta la joven, que trabaja en la rama sanitaria y ayer, junto con otros vecinos, conmemoró el Día Internacional de la Salud y la Sanidad colgando de su balcón prendas blancas.

En días pasados también quisieron sumarse a la jornada dedicada al autismo, de modo que exhibieron globos y ropa azul, y de cara a esta Semana Santa ya están pensando en nuevas propuestas.

Son pequeños gestos que, al igual que las guirladas o la música de las ocho de la tarde, ayudan a simbolizar que "todos juntos podemos vencer este virus", dicen.

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