Vecinos de un barrio de Chantada alertan del peligro de su única calle

Coches y camiones pasan por una estrecha vía de doble sentido y sin casi aceras en A Ponte
 Los residentes piden como primera medida que se regule el tráfico con semáforos y señales
Una imagen de uno de los habituales colpasos. EP
photo_camera Una imagen de uno de los habituales colpasos. EP

Visibilidad escasa, una calle de doble sentido muy estrecha y coches y camiones que pasan a menudo a más velocidad de la debida son algunas de las alertas enviadas por vecinos del barrio chantadés de A Ponte. Se trata de una vía que conecta con la carretera LU-P-1801, que va a dar a Os Peares, y en la que se reclaman soluciones desde hace muchos años.

Algunas viviendas presentan desperfectos en fachadas o balcones por culpa del contacto con vehículos pesados. Una señal colocada justo al principio del barrio les advierte de que tienen prohibida la circulación en caso de sobrepasar las 15 toneladas. Aun así, algunos residentes apuntan que es habitual ver camiones de elevado tamaño pasar a escasos milímetros de las casas.

Los colapsos son también frecuentes. Al coincidir dos vehículos en el mismo tramo uno de ellos casi siempre está obligado a reducir la velocidad al mínimo o incluso frenar para no tocarse con el que va en sentido contrario.

A esta situación hay que añadir que una parte del barrio carece de aceras, lo que aumenta la peligrosidad cuando coinciden coches y peatones. Además, las puertas de varias casas dan justo a esta calle, por lo que los residentes deben tener mucho cuidado al salir de sus domicilios para no ser atropellados.

La solución perfecta para algunos vecinos sería sacar los vehículos de A Ponte, aunque reconocen que para ello es necesario un proyecto muy ambicioso del que ya ha se ha hablado en múltiples ocasiones en Chantada. Consistiría en construir un puente que uniese por carretera el lugar de O Convento con el casco urbano del municipio en el tramo donde se encuentra un transformador de Naturgy, cerca de la depuradora.

Como solución más a corto plazo, varios residentes reivindican la regulación del tráfico con semáforos, uno en cada extremo de la zona conflictiva, para evitar que los coches coincidan en direcciones opuestas en el interior del barrio. También consideran de vital importancia colocar más señales que obliguen a reducir velocidad o recuerden el límite de peso.

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