MONFORTE. Unos 30 jóvenes participaron en la pelea que terminó con un herido grave

La reyerta enfrentó a varios ciudadanos de origen rumano con otros monfortinos y algunos de ellos llegaron a sacar motosierras durante la refriega. Se escucharon dos disparos al aire efectuados para dispersar el altercado
La vivienda junto a la que ocurrieron los hechos y el todoterreno
photo_camera La vivienda junto a la que ocurrieron los hechos y el todoterreno

El 2017 arrancó de la peor de las maneras en Monforte. Un joven de 31 años (P.M.), de origen rumano, permanecía el domingo a la noche ingresado en el hospital Lucus Augusti de la capital, tras sufrir heridas graves en una pelea en la que participaron una treintena de personas.

La trifulca tomó tal cariz que tuvieron que intervenir los agentes de la Policía Nacional y una unidad del 061. Además, testigos presenciales afirman que los integrantes de uno de los grupos llegaron a sacar varias motosierras en un momento del enfrentamiento y que desde un balcón se efectuaron dos disparos al aire.

Los hechos ocurrieron sobre las siete de la mañana en la Rúa Concepción Arenal, ubicada a pocos metros de la estación de trenes de la ciudad del Cabe. En la reyerta había dos grupos implicados. De un lado, varios jóvenes que residen en esa calle, de nacionalidad rumana y que trabajan en el sector forestal. Entre ellos, el hombre que apalearon y resultó herido grave. Del otro, un grupo de chicos que no superan los 30 años de edad y de los que alguno también reside en la misma vía.

Según los datos que trascendieron, el enfrentamiento entre los dos bandos, que ya se conocían, comenzó sobre las cinco y media, en la Rúa Duquesa de Alba, la zona de copas de la ciudad. Algunos de los integrantes de cada parte tenían problemas anteriores que afloraron esa noche. Tras varias disputas verbales y amenazas entre ambos, los jóvenes rumanos decidieron marcharse a su domicilio en el número 9 de la Rúa Concepción Arenal. Parece que los otros también fueron allí en dos coches y que al llegar a la vivienda tiraron una botella con la que rompieron un cristal y se desató una nueva batalla.

LA ALARMA. Los conductores que a esa hora se metieron por Concepción Arenal de regreso a sus domicilios se encontraron con una marabunta de gente enzarzada en una pelea y un joven que sangraba abundantemente por la cabeza. Además, según esas fuentes, había mujeres gritando por las ventanas y varios compañeros del herido sacaron motosierras de un vehículo todoterreno estacionado junto a la vivienda para amedrentar a los contrarios, que comenzaron a correr calle abajo. Los vecinos apostados en las ventanas y conductores que no pudieron seguir su camino por la cantidad de gente concentrada en la vía y tuvieron que dar la vuelta fueron los que alertaron a los servicios de emergencias.

De inmediato se desplazó a la zona una patrulla de la Policía Nacional y una ambulancia del 061. Cuando los medios estaban entrando en la vía fue cuando se escucharon los disparos, seguidos de muchos gritos, lo que hizo retroceder a los efectivos de emergencias. Finalmente lograron acceder al punto y los sanitarios del 061 atendieron al joven rumano de 31 años que presentaba una grave fractura craneal, ya que le habían golpeado con un palo.

Fue evacuado al hospital comarcal y poco antes de las doce de la mañana lo trasladaron en una Uvi móvil al hospital de Lugo porque presentaba varias hemorragias. Sin embargo, al cierre de esta edición su evolución era favorable y no de temía por su vida. Entre los demás implicados en la pelea hubo varios contusionados y algunos fueron atendidos en el PAC.

LOS DISPAROS. A primera hora de la tarde de ayer las fuerzas del orden habían identificado a cerca de una treintena de participantes en la pelea, pero no se procedió a ninguna detención. La Policía Judicial mantiene abierta una investigación sobre los hechos y no se descarta que pueda haberlas en las próximas horas.

En cuanto a los disparos al aire, fueron hechos con una escopeta de caza de la marca Breda desde el balcón de una de las viviendas. Fueron efectuados desde el domicilio contiguo a la residencia de los jóvenes de origen rumano, en el que vive uno de los monfortinos que estaba en el otro bando.

La escopeta es propiedad del padre de ese joven, llamado Iván, y no está claro si los disparos los efectuó él mismo o fue su padre antes de la llegada de las fuerzas de seguridad.

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