El monterrosino Carlos Vila, natural de la parroquia de Esporiz, empezó a dibujar con sólo 16 años y desde entonces ha dedicado su vida a las viñetas. En sus cuatro décadas de trayectoria, un tiempo en el que ha visto plasmada su obra en publicaciones de referencia a nivel nacional, ha sido testigo de la evolución de esta disciplina. Aunque esta industria se ha recuperado en parte de la crisis que sufrió en los 80, cree que el cómic en España "está desaprovechado".
Carlos Vila se estrenó en el mundillo en Barcelona, adonde llegó con sus padres a los cinco años. Fue, de adolescente, en la editorial Terror Gráfico, en donde, según recuerda, "dibujaba historias de terror, porque era lo que se leía en aquella época". Poco después, al tiempo que hacía el servicio militar, pasó a dibujar para novelas de bolsillo con temáticas bélicas, del oeste e incluso eróticas.