Blog | El periscopio

Una semana de denuncias

Vecinos de A Estación mostraron al alcalde su hartazgo por un mes de cierre de una calle

HA SIDO UNA semana de denuncias y negaciones, de quejas fundadas, de otras quizá no muy contrastadas por parte de colectivos a los que se les supone seriedad y credibilidad y de momentos típicos de la política, como la conocida como maniobra de escurrir el bulto, esa que se reduce a decir yo en esto no tengo nada que ver. Lo estamos viendo estos días con el juicio que se celebra en Valencia por el caso Gürtel, que salpica a cargos del PP y del que, quitando a aquellos que se enfrentan a importantes penas de cárcel, algo que ha servido para que canten de lo lindo, nadie quiere saber nada. Es como si esa gente, los encausados, hubiesen aterrizado de forma sorpresiva y en forma etérea al lugar en cuestión y nadie, durante años, se diese cuenta de que estaban allí y que hacían lo que presuntamente realizaban. Es, ni nada más ni nada menos lo que ustedes y yo sabemos, o por lo menos intuimos.

Pero acercándonos a lo nuestro, a este entorno inmediato, es preciso referirse a la denuncia realizada por los vecinos del barrio de A Estación de Monforte, a quienes se le agotó la paciencia tras casi un mes con su principal arteria de comunicación, la Rúa Calvo Sotelo, cerrada al tráfico. Su queja se la transmitieron al alcalde en su despacho, donde, dijeron los representantes del vecindario, José Tomé realizó la maniobra de Poncio Pilatos. Les vino a decir que no podía hacer nada por agilizar el derribo de las tres casas caídas el día 1 de enero que mantienen cerrada Calvo Sotelo. Añadió, aseguran estos vecinos, que se limitó a decir que si la cosa se prolongaba en el tiempo comenzaría a sancionar a los propietarios de los inmuebles, desechando la posibilidad de que el Ayuntamiento asumiese las obras de desescombro para luego pasarle la factura a los dueños de las casas.

Curiosamente, un día después, coincidiendo con una reunión vecinal para estudiar medidas de presión, apareció montado parte de un andamio frente a las viviendas caídas y el regidor se apresuró a comunicar que las obras de limpieza empezarían el lunes y que a finales de la semana que viene todo volvería a la normalidad.

Ante esta situación queda demostrado que la movilización ciudadana es determinante para conseguir justas demandas, para ponerle las pilas a aquellos que en teoría están para velar por los intereses comunes.

Otra denuncia acontecida esta semana fue realizada por las Asociación Profesional de Recicladores de Construcción y Demolición de Galicia, que acusó a una empresa que trabaja en la mejora de la Rúa Conde de Monforte de enterrar en una finca rural de Sober los escombros de la obra en vez de llevarlos a una planta de reciclaje.

Sin embargo, tal denuncia parece carecer de fundamento. Así lo considera el alcalde soberés, Luis Fernández Guitián, quien tuvo la oportunidad de ver los albaranes, una decena, que demuestran que el escombro se lleva a una planta situada en Monforte, en A Chacinera, para su procesado. Los de esa asociación de recicladores se apresuraron en su denuncia. Vieron escombros en la finca rural e inmediatamente hablaron de enterramiento, cuando en realidad se acopian allí porque esa planta de reciclaje no funciona de mañana y en algún sitio había que dejar temporalmente los escombros hasta la hora que abre sus puertas dicha planta, que es por la tarde.

Y si seguimos con el tema de las denuncias, pues contarles que el bajo del hotel Comercio de Monforte no pierde actualidad. La presidenta del colectivo Camiños a Santiago pola Ribeira Sacra, Aida Menéndez, no quiso perder la oportunidad que le brindó el acto para hacer balance de lo realizado en 2017 y anunciar el programa de actividades para este año para reivindicar ese local para el colectivo, donde abrir un centro de recepción de peregrinos, y ello a pesar de que se trata de una batalla que perdió hace ya tiempo con el regidor monfortino.

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