Opinión

Una nueva etapa

LA HISTÓRICA sentencia conocida este lunes abre un nuevo ciclo en la política española, inmersa desde hace tiempo en un interminable bucle preelectoral. Sin duda, va a tener una incidencia directa en lo que ocurra el 10-N y posteriormente. Como sucede en estos casos, el fallo no contentó a muchos. A unos, los que sostienen que hubo rebelión, porque creen que la pena es muy reducida. Y a otros porque les parece excesiva. Sea justa o no la sentencia, si algo ha quedado demostrado es que echarle un pulso al Estado no sale gratis y tiene consecuencias. En contra de lo que opinan algunos, mantener en prisión a los políticos catalanes de forma prolongada no resuelve el problema, pero hacer la vista gorda ante ciertos desmanes tampoco sería la solución. Quizá lo ocurrido el 1-O no es más que otra muestra del fracaso de la política. Pero nunca es tarde para tender puentes, escuchar, dialogar y reflexionar para que esto no se vuelva a repetir.

Hará falta mucha pedagogía

De todos modos, el fallo no lo resuelve todo. El Gobierno que salga de las urnas tendrá que hacer un esfuerzo pedagógico si no quiere perder la batalla de la imagen. Sobre todo en el exterior.

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