Un problema que crece

LA DIADA pedía la independencia de Cataluña, la consulta no está ya en la demanda de la mayoría que sale a la calle. El derecho a decidir ha dado el salto ya al derecho a la independencia. No se ha producido el efecto Pujol que algunos imaginaron: el «suflé del independentismo» no se ha desinflado, como repitieron algunos medios de Madrid. Los cientos de miles de manifestantes de la V en Barcelona pedían mayoritaria y directamente la indepdencia. El proceso no quedó desactivado por la confesión de la cuenta en Andorra del expresidente Pujol y su familia. El Gobierno tiene un problema en Cataluña. Y los españoles, como escribió Pedro Sánchez, el líder del PSOE. Lo ha visto así Mariano Rajoy, como problema. La variación de cifras de participantes va del 1,8 millones, según la Guardia Urbana, y de 470.000 a 520.000, según la Delegación del Gobierno. Las diferencias reflejan una tonta guerra de propaganada. En la manifestación de Tarragona contra la convocatoria de la consulta participaron 3.500 personas, según los Mossos, y 7.000, según el Ayuntamiento. Allí se citaron la líder del PP, Alicia Sánchez Camacho; la exministra socialista Carme Chacón; el líder de Ciutadans, Albert Rivera, y el de UPyD Ramón de Veciano. Hay frentes o reacciones que llegan tarde. Para el eco internacional, por el interés que despierta el problema, a Barcelona acudieron ayer más de doscientos periodistas de medios internacionales. Wall Street Journal, en la edición digital, ve cerca una «crisis constitucional» y Le Monde, «un desafío». Más dijo ayer que tiene claras todas las medidas, como Rajoy lo dijo antes. Para la salida hay quienes insisten en hablar y negociar, que pedía ayer el director de La Vanguardia, algo que debería haberse producido y dado frutos. Como alternativa de salida de Mas, elecciones anticipadas. Un aplazamiento del problema que pudiera agrandarlo más.

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