Un verdadero paraíso llamado la Illa de Arousa

Además del baño, ofrece magníficos paseos tanto por sus arenales como por el monte, el bosque o el centro urbano
Illa de Arousa
photo_camera Illa de Arousa

En ocasiones buscamos paraísos y nos olvidamos de que los tenemos cerca, tanto que tan solo son 30 kilómetros los que separan a A Illa de Arousa de Pontevedra o 60 respecto a la capital gallega. Aunque puede ser archiconocida por sus playas, esta isla es mucho más. Así, si los termómetros no invitan a tumbarse en la arena también ofrece alternativas, entre ellas, magníficos paseos tanto por sus arenales como por el monte, el bosque o el centro urbano. Recorriendo todo el municipio, el visitante puede encontrar una gran variedad de lugares en los que disfrutar.

La ruta puede comenzar en el puente, desde donde, si el mar está tranquilo, se divisan voluntariosos piragüistas o bien otros deportistas practicando kitesurf o windsurf si el viento sopla. Tomaremos nuestro camino hacia al norte mediante la segunda salida de la rotonda, por la Avenida da Ponte, por la cual iremos entrando en el centro urbano de la isla, donde nos toparemos con viviendas, supermercados, tiendas y bares a lo largo de una prolongada y lineal carretera.

Otra opción es elegir la primera salida en la rotonda inicial de la isla, cuya ruta se compone de una carretera con carril peatonal por la orilla del mar, recorriendo el largo trazado de la playa Riasón, con escasez de edificios y de arcenes en nuestro camino. Optando por un camino u otro, llegaremos al Peirao do Cabodeiro, un antiguo muelle del que partía la barca motora para transportar pasajeros antes de la construcción del puente, en 1985. Aquí nos acercaremos a dos playas, la de O Cabodeiro, a la izquierda del muelle, y A Sapeira, a la derecha. A unos metros del atracadero, se encuentra el comienzo de un paseo de madera que cruza un pinar, con la costa a nuestra derecha.

EL PASEO MARÍTIMO. Si continuamos nuestro camino por la punta noreste de la isla, llegaremos hasta la playa Aguiuncho y, tras cruzarla, podremos ver los primeros barcos pesqueros que se encuentran en el principal puerto de la isla: el Porto do Xufre.

Tras atravesar el muelle, nos hallaremos en el paseo marítimo de O Xufre, que cuenta con una gran cantidad de barcos y lanchas de uso pesquero y marisquero. Cambiando nuestra mirada a babor, veremos muchas tabernas, mesones y restaurantes en las que podremos degustar la gastronomía marisquera local, como son el Bar Porto, O Risón, O Tuno o A Meca, hasta llegar a A Salga, especializado en el pez espada.

En el caso de que el marisco no sea objeto de deseo del visitante, a pocos metros del inicio del paseo hay otras alternativas. Tras concluir el paseo, se abre paso O Campo, donde se dibuja otra avenida marítima más pequeña, la Casa do Concello y diferentes cafeterías no necesariamente de gastronomía marisquera, como son el Café Moderno o A Consulta.

DE COPAS. Concluiremos nuestro camino en la Praza do Regueiro, el núcleo urbano donde hay más actividad nocturna. En este punto encontraremos locales de música comercial como el Barley, pero también otros en los que priman el rock y el folk, como es O Con do Moucho. En esta plaza tam bién se ubica un parque infantil y cerca de la misma se localiza el bar La Buona Vita, magnífico para tomar algo a última hora de la tarde, ya que se asienta mirando a la puesta de sol. Este es un local también apto para la movida nocturna, ya que es habitual la presencia de DJ. Finalmente, antes de dejar O Regueiro, los interesados en pernoctar en la isla encontrarán complejos hosteleros como el Hotel Benalúa o la Pensión Rey.

En la zona norte de la isla se halla el monte, cuyo punto más alto se localiza en O Con do Forno, que supera los 63 metros de altitud y desde el cual se puede apreciar una panorámica fascinante de la isla y de la costa lindante de Vilanova, Vilagarcía y Cambados, al este, y la península de O Grove, al sur. En el punto más alto se sitúa la estatua del Corazón de Jesús, también conocido como el santo: todo el que visite la isla debe desplazarse hasta allí aunque no tenga ningún interés religioso.

Bordeando el monte isleño, el visitante pasará muy cerca del campo de fútbol local, cruzará las instalaciones de educación en acuicultura y submarinismo y caminará por un paseo de madera para encararse al punto más septentrional del municipio, en el que se encuentra la playa Area da Secada, famosa por ser el arenal más frío de la isla, pero muy concurrido por gente joven en verano. Continuando por el mismo paseo, llegaremos hasta el Faro de Punta Cabalo, una torre convertida en cafetería, que a ambos lados cuenta con dos pequeñas calas que son perfectas si se busca tranquilidad en un día intenso en verano. El recorrido alrededor del monte pasa por diferentes casas que se encuentran a las afueras del centro urbano. Concluimos nuestra vuelta alrededor del faro en un punto que podría ser el cuello de la isla, ya que a pesar de lo estrecha que es, en este lugar se encoge hasta contar con unos escasos 100 metros.

RUTA DE PLAYAS. Después de cubrir nuestra vuelta por la mitad norte de la isla, volvamos a la zona del puente. En su cara sur está la playa de O Bao, una extenso arenal por el que comienza un paseo a pie de playa y un carril bici. Un recorrido de dos kilómetros que pasa por la citada playa y otras como Camaxe, A Lavanqueira, Conserrado y Salinas hasta llegar a las vallas del Parque Natural de Carreirón.

Antes de entrar en el parque, es recomendable otra visita necesaria. Cruzando la carretera cercana a la cala de Camaxe, hay que cruzar en dirección a la playa de Espiñeiro, un arenal en la costa oeste de la isla. Siguiendo las indicaciones, se alcanza el final del camino en punta Quilma, una pequeña montaña rocosa que mira hacia el Atlántico, desde la cual se contemplan las mejores puestas de sol de toda la isla. Desde Quilma se puede ver el fabuloso islote de Guidoiro Areoso, un espectacular lugar al que podemos ir en kayak o en un barquito a remo o a vela.

Finalmente, acabaremos nuestra ruta en el Parque de Carreirón, que comienza en el fin de una carretera en la que se encuentran dos cámpings y cuenta con una superficie de 1,3 kilómetros cuadrados. Al cruzar las vallas, nos toparemos con la playa de Xastelas, un arenal de 800 metros que, dado a su ubicación y tamaño, representa una de las mejores playas de la isla.

El camino a pie por Carreirón ofrece el encuentro con lagunas, cabañas de madera y otros arenales rodeando el parque. Así, más de diez pequeñas calas, alguna de ellas nudistas, recorren todo el espacio sur de la isla. Lo realmente bello del lugar no está solo en la periferia, sino también en su interior, donde uno puede perderse por sus caminos rodeados de pinares y de aves.

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