Un mariscador encuentra en Taragoña el teléfono móvil de Diana Quer

Apareció bajo el puente de la AG-11 que une Rianxo y Boiro, muy cerca de la antena de telefonía que captó por última vez su señal
Lugar en el que apareció el teléfono móvil de Diana Quer
photo_camera Lugar en el que apareció el teléfono móvil de Diana Quer

Un mariscador encontró este jueves, poco después de las dos de la tarde, el teléfono móvil de la desaparecida Diana Quer. El aparato apareció debajo del puente de la AG-11 que une Rianxo y Boiro, a la altura de Taragoña, donde precisamente se perdió la señal del terminal la noche de su desaparición, a finales de agosto.

El hombre entregó el móvil a la Guardia Civil para que proceda a analizar su contenido. El teléfono es un iPhone 6 de color blanco. En Taragoña se habían centrado las indagaciones de los investigadores desde los primeros compases de la búsqueda. Además de las antenas de telefonía que situaban el terminal en esta localidad por última vez, varios testigos aseguraron haber visto a una joven parecida a Diana Quer bajarse de un coche con varios hombres la madrugada de su desaparición.

DAÑADO. Fuentes de la Guardia Civil han precisado a Efe que el móvil ha sido encontrado entre el muelle de ese puerto y el puente de la autovía de Barbanza. Ha sido un mariscador quien de forma casual lo ha encontrado dentro del agua, lo que previsiblemente habrá dañado al terminal y, por tanto, dificultará su análisis por parte de los agentes que investigan la desaparición de la joven en A Pobra do Caramiñal, en esa misma provincia. Unos 15 kilómetros es la distancia que separa este municipio del lugar donde ha sido hallado el móvil.

Precisamente, hace poco más de un mes la Guardia Civil activó el teléfono móvil de Diana Quer para acceder a toda la información que contiene el aparato de la joven, extraer sus datos y poder tener alguna pista de los últimos movimientos de la desaparecida.

De hecho, la memoria del teléfono móvil de la joven, los datos que pudiera haber en la nube, la declaración de los testigos o las imágenes recogidas por las cámaras de seguridad son algunos de los elementos que están centrando las investigaciones. 

PRIMERA PISTA MATERIAL. El aparato hallado este jueves es la primera pertenencia de Diana Quer que se encuentra en dos meses de búsqueda infructuosa de la Guardia Civil, que llegó a movilizar a un centenar de agentes al considerar de alto riesgo esta desaparición. 

Pese al trabajo de la Policía Judicial de la Guardia Civil de A Coruña y de la Unidad Central Operativa (UCO) de este cuerpo, todas las incógnitas siguen abiertas sobre el motivo de la desaparición de la joven de 18 años tras asistir el 22 de agosto a la fiesta del Carme dos Pincheiros, en su lugar de veraneo, A Pobra.

Diana López-Pinel, la madre de la joven, ha insistido esta semana que todas sus hipótesis apuntan a que su hija "va a aparecer con vida y que está bien", insistiendo en la posibilidad de que su hija se encuentre en Estados Unidos, algo que su exmarido, Juan Carlos Quer, descarta y tacha de "fantasía", según recogió un medio gallego.

El sumario relativo a esta investigación permanece bajo secreto por orden del juzgado de instrucción número 1 de Ribeira hasta el 20 de noviembre, según la última prórroga acordada.

La Unidad Orgánica de la Policía Judicial de Noia y la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil -que el 29 de agosto desplazó desde Madrid a un comandante, un capitán, un sargento y cuatro agentes- escudriñan cada detalle en un caso en el que se están empleando todos los recursos. En este tiempo, se han realizado más de 200 entrevistas y un centenar de declaraciones, lo que revela la complejidad de un caso en el que la Guardia Civil ha cotejado la información de 15.000 matrículas de vehículos -la mayoría de baja calidad- y analizado numerosos móviles y repetidores para analizar la señal y el tráfico de los terminales, incluyendo el de los padres, Diana López-Pinel y Juan Carlos Quer.

La intensidad de la búsqueda se pone de manifiesto con las gestiones de las fuerzas de seguridad: se ha tomado testimonio a los amigos de Diana en A Pobra y en Madrid; a las personas que frecuentaron el bar de este pueblo coruñés donde fue vista la noche que desapareció; se han chequeado hospedajes y recabado testimonios de un sinfín de conductores de taxi, autobuses y trenes; realizado gestiones con talleres mecánicos por si hubiera sufrido un atropello; obtenido imágenes de cámaras de semáforos y carreteras como la AG-11 y la AP-9; controlado embarcaciones de recreo y rastreado puntos de difícil acceso como cuevas y acantilados.




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