Un antecedente heroico: el Cádiz visitó Lugo en el ascenso a Segunda

La última vez que el Cádiz jugó en Lugo fue en la eliminatoria por el ascenso a Segunda de 2012, un duelo intenso y vital para el objetivo, pero solapado por la hazaña del Carranza
Belencoso celebra un gol ante el Cádiz en la ida de la promoción de ascenso a Segunda de 2012
photo_camera Belencoso celebra un gol ante el Cádiz en la ida de la promoción de ascenso a Segunda de 2012

En ocasiones, las heroicidades pueden solapar hitos que permiten que el éxito deje de ser un sueño para transformarse en una realidad palpable. Son pasos previos sin los cuales no habría pasado un hecho a la memoria colectiva. El mito fundacional del Lugo contemporáneo es la figura de un lateral ourensano nacido en Suiza con los brazos abiertos después de marcar un penalti a finales de junio. Pero para tocar la gloria aquel 24 de junio de 2012 hubo que dar una zancada previa siete días antes de aquel día de San Juan.

Aquel 17 de junio fue la última vez que el próximo rival liguero del Lugo, el Cádiz, visitó el Ángel Carro. El resultado fue un 3-1 que encarriló un ascenso merecido. Un partido arrinconado en la memoria por la épica de la vuelta en el Carranza, pero que fue igual de fundamental para que el club lucense juegue en la categoría de plata del fútbol español hoy.

"Fue fundamental ese 3-1, incluso ese gol del Cádiz nos hizo un poco de daño para la vuelta. Con el 2-0 ascendían ellos, pero fue un buen resultado y nos dio mucha tranquilidad para ir allí", destaca el central Víctor Marco, miembro de aquella plantilla del ascenso.

"Se le dio menos valor a partir de lo que pasó en Cádiz. Subimos por penaltis y fue un partido muy intenso por todo. Pero el duelo de Lugo fue clave por cómo se nos puso. Se nos complicó mucho con la lluvia, pero gracias a acciones a balón parado y de empuje logramos un gran resultado", valora el exrojiblanco Félix Quero, el ‘man of the match’ aquel día con dos asistencias y un gol decisivo. "Metí el tercer gol y las dos faltas que metimos a balón parado también las saqué. Estaba tocado con una varita", afirma Quero.

La ida frente al Cádiz tuvo de todo. Desde la lluvia que inundó el Ángel Carro hasta la polémica por el gol del extremo asturiano. "Fue un partido polémico por algún gol que el Cádiz protestó por fuera de juego. Ellos también tuvieron la suerte de que llovió mucho y estaba encharcado. Si hubiese estado bien creo que la distancia hubiese sido mayor. El 3-0 era un gran resultado, aunque el 3-1 lo hubiéramos firmado todos", afirma el defensa José Belfortti.

"Fue un partido polémico porque hubo acciones protestadas por su parte. Fue un encuentro de play off puro. La lluvia hizo que fuésemos más al límite en las entradas... fue un partido con todos los ingredientes", recuerda desde la distancia Félix Quero.

PREPARACIÓN EMOCIONAL. El Lugo, bajo el mando de Quique Setién, preparó con normalidad el duelo contra el Cádiz. Pero el mismo día del partido, el entrenador cántabro no llevó a cabo una charla previa basada en criterios tácticos, sino en lo emocional, con un vídeo en el que aparecían las familias y los méritos de los jugadores durante la temporada. "Antes del partido nos pusieron un vídeo de nuestros familiares, mujeres y niños dándonos ánimos... estuvo muy bien", relata Belfortti.

"Quique hizo hincapié en que después de tanto tiempo remando había llegado el momento que todos queríamos y no se nos podía escapar. El equipo salió tan motivado y enchufado que la charla no fue técnica ni táctica, sino de motivación", destaca Quero.

Los futbolistas rojiblancos salieron extramotivados desde el mismo túnel de vestuarios para lograr un 2-0 en la primera parte. "En el túnel nos dimos ánimos entre los compañeros para coger confianza, de que se podía, que jugásemos como sabíamos, que no nos preocupásemos", afirma Belfortti. "Los equipos contrarios siempre intentan intimidar, empiezan a gritar... En el momento de salir al campo, ese paseíllo corriendo y escuchar la ovación del estadio fue un subidón de adrenalina", considera Quero.

Incluso la gente que estaba en el banquillo, como fue el caso de Víctor Marco aquel día, animó lo que pudo a pesar de ser un manojo de nervios. "En el banquillo lo vivimos superintensos, como se viven las finales, en las que se sufre más desde fuera que desde dentro", valora el zaguero valenciano. "Quique y Peón lo llevaban como todos, con los típicos nervios de una final pero con la tranquilidad y la experiencia del año anterior, que no sirvió de mucho", establece Víctor Marco.

"Saltábamos al campo a celebrar, pero mientras estábamos metidos en el banquillo los árbitros no nos permitían salir. Me acuerdo de que Belencoso (marcó el 2-0) vino a la banda donde estábamos nosotros en el banquillo y lo celebramos todos juntos, fue un momento muy especial", añade el central.

Fue una celebración especial, como la que la grada buscará volver a vivir el domingo a partir de las 16.00 horas. Querrán sentir un partido que brille con luz propia en su memoria.

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