Treinta años de fe e independencia

La iglesia de las Buenas Noticias celebra sus tres décadas de funcionamiento en Lugo, con una presencia discreta pero a la vez intensa
Marcos Zapata. AEP
photo_camera Marcos Zapata. AEP

"En esta iglesia no aceptamos el dinero público". Lo dice Marcos Zapata, el pastor de Buenas Noticias, una congregación evangélica que este sábado celebra sus treinta años de vida en Lugo y que tiene una presencia discreta pero intensa en la ciudad, donde está al frente de buen número de proyectos sociales.

Zapata, que es el presidente de la Alianza Evangélica Española, "el equivalente a la Conferencia Episcopal católica", explica, está detrás del éxito de esos treinta años de la congregación. Cuenta que, con veinte años y mientras estudiaba Magisterio, tuvo "una experiencia personal de fe que me transformó". Aquella semilla germinó y nació un grupo pequeño, con otros estudiantes, que se reunía para leer la Biblia y debatir. En el 89 ya, lanzan una campaña llamativa, con teatro, música y de predicación. Su primer gran acto fue en el Parque y ahí nació Buenas Noticias.

"Hoy somos, tras la católica, la segunda mayoría religiosa de España"

A partir de ahí se generó un movimiento intenso. La congregación tiene unos 400 miembros adultos y tiene impacto en la ciudad sobre unas 5.000 personas, pero es muy activa y tiene fuertes lazos en el exterior. Tantos que, dice Zapata, en estos años han recibido en Lugo a unas 10.000 personas, que han pasado por la iglesia para participar en encuentros, congresos... "Hoy somos, tras la católica, la segunda mayoría religiosa de España", dice el pastor lucense.

La comunidad es muy activa. Hoy funciona en el Hula una capellanía evangélica con cuatro capellanes y se imparten clases de religión evangélica en siete colegios e institutos de Lugo. Zapate presume, además, de que la comunidad de Lugo ha sido pionera en muchos aspectos. "Yo escribí el primer programa de trabajo con mujeres maltratadas", que ha sido guía para comunidades de todo el mundo. "Marcó un cambio teológico sobre un problema social y salió de Lugo", destaca.

Presume de la independencia de la iglesia, porque cree en la separación iglesia-Estado. "El que tenga una fe, que la sostenga", dice. Y se vanagloria el carácter social. "La fe no se puede vivir sin justicia social", afirma, y destaca que reparten anualmente unas 300 toneladas de comida entre los más desfavorecidos.

En materia social, la comunidad destaca por dos organizaciones: Diaconía (que trabaja, por ejemplo, con refugiados. Muchos de los llegados a Lugo están bajo el ala de esa entidad) y Dignidad, que trabaja sobre todo en la protección de menores.

Diaconía y Dignidad sí reciben fondos públicos. "Pero no se trata de asignaciones directas. Somos una asociación más que presenta proyectos a convocatorias abiertas y, si nuestro proyecto es seleccionado como el mejor, recibimos el dinero", dice Zapata.

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