La torre del histórico reloj de la casa consistorial presenta la peor imagen que puede ofrecer uno de los edificios emblemáticos de la ciudad.
Al hecho de que sean continuas las averías en un aparato que fue fabricado en el año 1817 en Londres, se une ahora el deterioro de la pintura de las paredes de la torre, una situación que no ha pasado desapercibida para muchos lucenses, que incluso han mostrado en las redes sociales su enojo por la falta de preocupación del gobierno local por mantener en estado de conservación un inmueble catalogado como es el Pazo de Ombreiro.
De hecho, la rehabilitación integral de este edificio es una asignatura pendiente en el Concello desde hace más de una década.
