Torbeo, testigo del bautismo por inmersión

La iglesia de esta parroquia de Ribas de Sil guarda una pila única en Galicia, de grandes dimensiones y tallada en granito

La pila bautismal de Torbeo en la exposición del Museo da Cidade da Cultura. EP
photo_camera La pila bautismal de Torbeo en la exposición del Museo da Cidade da Cultura. EP

La localidad de Torbeo, en el municipio de Ribas de Sil, alberga uno de los templos románicos menos conocidos de la Ribeira Sacra. La iglesia parroquial data del siglo XIII aunque algunos documentos y la propia toponimia de la zona apuntan que pudo pertenecer al monasterio de San Pedro.

Exteriormente la iglesia de Santa María es sobria. Cuenta con una sola nave que remata en un ábside semicircular y una fachada coronada por una espadaña. Pero en el interior, este lugar de culto acoge una pieza especialmente singular. Se trata de una pila bautismal tallada en granito de grandes dimensiones y que es uno de los pocos testigos que quedan en Galicia del bautismo por inmersión, la forma más primitiva del bautismo y que perdió protagonismo en el catolicismo en favor del bautismo por derramamiento.

La pieza tiene 120 centímetros de diámetro y pesa unos 800 kilos. Con esas características la hacían apta para bautizar tanto a niños como a adultos.

Pese al carácter único de la pila, durante muchos años apenas se investigó sobre ella y fue en 2014 cuando la restauradora de la diócesis de Lugo Carolina Casal publicó los resultados de un trabajo sobre la misma. En su estudio, que se dio a conocer a través de la revista Compostellanum, concluye que la pila puede datarse en la última parte del siglo XII y sería incluso más antigua que la propia iglesia. Podría haber pertenecido al monasterio medieval que se vincula con el origen del templo.

El trabajo de Carolina Casal también permitió descifrar el contenido de la inscripción que tiene la pieza y que podría traducirse por «sin mancha de pecado original». Además, cuenta la pila con una franja en la que se han tallado distintas decoraciones geométricas y un pez. En la publicación que recoge los resultados de la investigación de Casal se apunta que ese pez es, por su número de aletas y el detalle de la talla, un salmón. Este pez aparece en la cultura castreña y está vinculado a la resurrección.

La pila bautismal de Torbeo participó en el año 2012 en la exposición Gallaecia Pétrea que se hizo con motivo de la inauguración del Museo da Cidade da Cultura. Fue en ese momento cuando se aprovechó para someterla a una limpieza y repararle una fisura. Sus grandes dimensiones y el riesgo de que se rompa hacen prácticamente imposible que vuelva a salir del templo que la alberga.

LA IGLESIA. Santa María de Torbeo fue restaurada en el año 1945 después de que en 1936 sufriese un virulento incendio. Al edificio original se añadió una sacristía en el siglo XVI y dos pequeñas capillas en el siglo XVIII. En el interior, el arco de acceso al presbiterio es apuntado. Está decorado por una moldura exterior ajedrezada. El arco menor, descansa sobre capiteles con decoración figurada.

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