Recién estrenado el mes de julio, playas fluviales, áreas recreativas y piscinas de Terra Chá, Meira y As Pontes ya muestran su mejor cara para dar la bienvenida al verano y recibir a los miles de bañistas que buscarán en el agua un respiro a las altas temperaturas. Aunque por el momento, y pese a la excepción de algunos valientes, la mayoría de las instalaciones estivales se mantienen a la espera del protagonista indispensable, el señor Lorenzo, encargado de subir los termómetros que tras un fin de semana de ahogo de San Juan, cayeron de nuevo la semana pasada.
Para los amantes de la naturaleza pura y salvaje, los que prefieren refrescarse de verdad y buscar la sombra de un árbol para el descanso, el mapa de la comarca chairega está lleno de rincones perfectos para el verano.
El área recreativa a orillas del río Madalena, en Vilalba; la de Gontán, en Abadín; la playa fluvial de Xustás, bañada por el Miño, o el área recreativa de Pino, que atreviesa el Támoga —ambas en Cospeito y recientemente acondicionadas—, la Praia da Riboira de Baltar, en A Pastoriza; la zona de Os Sete Muíños o el CIT de Parga, en el concello de Guitiriz, o el espacio que inunda el Eo en Chao do Pousadoiro, en Ribeira de Piquín, son algunos de los innumerables destinos que eligen los vecinos durante los días veraniegos y entre los que nunca faltan los clubs fluviales —naturaleza con más comodidades—.
El de Begonte, que renovó otra vez convenio con el Concello para promover el acceso de los vecinos, acaba de abrir sus puertas con una amplia oferta de actividades —la empresa Non Estreses mantiene la apuesta por el turismo activo con paseos en canoa, alquiler de bicicletas eléctricas o de senderismo con rutas organizadas— y algunas novedades —mesas nuevas, una fuente ornamental y duchas, además de un arreglado parque infantil—, igual que el Cercud de Baamonde, que estrenará también este verano aseos adaptados con duchas. No el bar que tenían previsto, ya que no se presentaron ofertas.
En el club fluvial de Begonte y en el lago pontés se ofrecen otras actividades como senderismo, kayak, vela o alquiler de bicicletas
Los que prefieren alejarse de la naturaleza para nadar en aguas menos frías que las que ofrecen los ríos tienen ocho piscinas para elegir. Al parque acuático de Vilalba, con toboganes incorporados para la aventura, se suman la piscina de Guitiriz, la de Castro de Ribeiras de Lea, la de Cospeito, la de Meira y las de Muras y Pol, estas dos últimas las únicas gratuitas en la comarca chairega. La lista se completa con la piscina del Lar de As Pontes, la única privada.
Durante los próximos dos meses, al menos, todas mantendrán sus puertas abiertas al público, la mayoría en horario ininterrumpido de mañana y tarde. Además, muchas acogerán los tradicionales cursos de natación y otras actividades, como el programa de los Venres Lúdicos de Guitiriz que ya es un clásico del verano.
Pero entre la piscina y el río, existe más oferta. La Charca do Alligal en Codesido (Vilalba) es un hervidero de gente cada día que sale un rayito de sol —ya se abrió el bar al público— y la Charca do Rego, en Lanzós, trata de ganar espacio y usuarios.
Como el lago de As Pontes, que en el arranque de su sexta temporada estival ya demostró que es la playa elegida por centenares de vecinos y visitantes cuando el calor aprieta. Con los bares cambiados de ubicación, situados en un lateral de la zona verde, más apartados del agua que antes, este espacio ya se ha convertido en un símbolo del verano en el municipio, donde uno no solo encuentra sol y descanso, sino también muchas actividades como vela, kayak, piragüismo, paddleboard o incluso yoga en el agua.
Los concellos de Cospeito, Castro de Rei y Begonte se suman este año a la Rede Galega de Praias sen Fume que promueve la Xunta de Galicia, una iniciativa que pretende concienciar a la sociedad y dejar el tabaco fuera de las zonas más concurridas durante los días de calor en la época estival. Serán la playa fluvial de Xustás, la del río Azúmara y el club fluvial de Begonte.