Opinión

Tiempo de lectura

Leer es mucho más que un placer. Adentrarse en las páginas de una obra conlleva sumergirse en una realidad, un tema y un contexto concreto. Los libros son instrumentos de cambio social, un espacio para aprender nuevos valores, cuestionarse los que se defienden, o reforzar los que se tienen. De ahí que en estos tiempos complicados y de desconcierto que vivimos hay que celebrar que existan editoriales como Sekotia que apuestan por la edición de obras que nos ayudan en ese proceso. 

Acabo de leer dos de sus últimos títulos, que me permito recomendar a los que buscan lecturas que merezcan la pena y hagan pensar: ‘San John Henry Newman. Introducción para lectores españoles’, de Rafael Díaz Riera y ‘Querencio: su huida se convirtió en búsqueda’, de Sergio Gómez Moyano.

La primera obra busca una aproximación a la poliédrica y rica personalidad del santo cardenal John Henry Newman, y de la obra del que sin duda es uno de los pensadores más leídos y prolíficos del siglo XIX en Gran Bretaña. Incluye una antológica de textos, algunos inéditos en castellano, con el objetivo de hacer más comprensible y amigable su obra a los lectores. Su lectura no solo nos permite conocer al homo religiosus Newman y las vicisitudes y sinsabores que atravesó (baste recordar que ser católico en su país significaba ser un pobre inmigrante irlandés o extranjero o, en cualquier caso, ser mirado con suspicacia, cuando no desprecio), sino que a través de él nos permite hacernos a nosotros sus mismas preguntas y adquirir pistas sólidas para asentar nuestras propias respuestas. Lo que resulta fascinante, y a mí especialmente atractivo, es la honradez intelectual y religiosa de Newman, que habla y escribe siempre con libertad. Y en su universo, la condición de creyente es la de un hombre esencialmente libre. 

También en nuestros días los cristianos estamos bajo sospecha, como los católicos ingleses en tiempos de Newman
 

También en nuestros días los cristianos estamos bajo sospecha, como los católicos ingleses en tiempos de Newman. El repudio a la herencia cristiana provoca actitudes de intolerancia y poderosas corrientes de opinión que pretenden exigir obediencia a los nuevos postulados que nos quieren imponer y con los que quieren transformar nuestra civilización. Hoy la defensa del principio de la libertad de conciencia es la tarea más urgente y primordial de nuestro tiempo, y Newman es desde luego un gran sostén para ello.

La otra obra, ‘Querencio: su huida se convirtió en búsqueda’, es una de esas novelas con trasfondo. Nos narra las aventuras de un joven que regresa a casa después de haber perdido a su mejor amigo en la guerra, y se encuentra con que las convenciones y los valores de la sociedad en la que vive se le antojan inútiles para llenar su vacío existencial, y esto le lleva a dejar su tierra e iniciar una búsqueda nada pacífica ni exenta de obstáculos y dificultades. 
La búsqueda de la verdad y de encontrar sentido a la vida, es una tarea difícil cuando el mundo en el que creemos vivir se desmorona inesperadamente de golpe, se desvanece y muere. Tras esto, Querencio y con él una buena parte de nuestra sociedad actual se preguntan ¿qué queda entonces?, a lo que es fácil contestar que el sinsentido, la desesperación, la depresión y las ganas de no seguir viviendo. A nuestro protagonista su búsqueda de la verdad le conduce a la posibilidad de afirmar la existencia de Dios. Para el resto sólo queda iniciar el camino y llegar a buen puerto.                    

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