Testimonios."Fue como volver a la vida, hacía tiempo que no me encontraba así"

José Luis Lombao. EP (asma)
photo_camera José Luis Lombao. EP

David Maira Méndez 31 años, diagnosticado en la infancia
"Desde que estoy con los medicamentos biológicos no tengo ningún síntoma"

DAVID MAIRA fue uno de esos niños con un inhalador en el bolsillo desde bien pequeño y que acudía regularmente a Urgencias con crisis de asma. Le diagnosticaron la enfermedad con dos años y, hasta los 13, se recuerda a sí mismo con dificultad para respirar y fatiga. "Tengo el recuerdo de un día en el que la profesora me mandó a casa desde el colegio en un taxi", explica.

Cualquier catarro en apariencia leve le precipitaba hacia el asma y a muchas visitas al médico y al hospital. En la adolescencia empezó a mejorar. Es un fenómeno que se da a menudo entre los niños alérgicos y con problemas respiratorios. "A los trece años dejé de usar los inhaladores. Ya ni recuerdo si fue por voluntad propia o aconsejado por el médico. Pasé bien toda la adolescencia", dice.

A los 22 años, sin embargo, tuvo una crisis aguda de asma, un recordatorio de lo angustiosa que puede resultar la enfermedad. El diagnóstico de asma de difícil control le llega entonces a un adulto joven y muy deportista, que compite a nivel profesional en kickboxing k1 y al que le resulta muy deprimente darse cuenta de que, en determinado momento, no puede entrenar al ritmo al que está acostumbrado o que no puede acudir a una competición.

Tras la derivación a Neumología le prescribieron inicialmente corticoides. "No notaba efectos como el del aumento de peso porque como hago deporte y cuido mi alimentación me voy manteniendo, pero sí otros. Te afecta al estado anímico, por ejemplo", apunta. Tampoco conseguían evitar que tuviera exacerbaciones y, de vez en cuando, se volvía a encontrar en Urgencias con una crisis de asma que requería un tratamiento urgente.

Antes un catarro tenía como consecuencia una exacerbación casi segura

"La verdad es que, desde que estoy con los biológicos, que llevo unas ocho sesiones, no tengo ningún síntoma", explica David, para quien no resulta exagerado decir que le han supuesto "un cambio radical".

"Antes un catarro tenía como consecuencia una exacerbación casi segura. Acababa en Urgencias y no me encontraba bien hasta recibir nebulizaciones", dice. Sin embargo, gracias a los monoclonales, que combina con inhaladores, ese fenómeno ha desaparecido.

Explica además que, como el tratamiento está funcionando, Ha podido abandonar los corticoides. "En la última revisión me dijeron que podía dejar de tomarlos. Ya recibía una dosis muy baja", señala.


José Luis Lombao 66 años, diagnosticado a los 32
"Fue como volver a la vida, hacía tiempo que no me encontraba así"

"Soy agricultor y ganadero. Cuando empecé a tener asma tenía tanta fatiga que no podía trabajar. Lo único que hacía era desde el tractor porque iba sentado", explica José Luis Lombao, de 66 años, que pasó los primeros tiempos de su enfermedad un poco perdido. "Conocía a un veterinario que me recomendó a un especialista en Madrid. Hasta entonces había ido a varios médicos particulares, pero no me sirvió de nada", cuenta.

El alergólogo que le recomendaron fue el que acabó por darle nombre a lo que le pasaba y el que le prescribió el primer tratamiento. "Estuve la primera vez en Madrid 15 días. A la vuelta ya me encontraba muchísimo mejor y hasta pesaba cinco kilos más", explica.

El especialista le advirtió de que no le curaría ya que el asma es una enfermedad crónica, pero le dijo que si lograba controlarla podría hacer una vida normal. Empezó entonces el tratamiento con aerosoles y corticoides, que durante un tiempo pareció funcionar. Acudía regularmente a Madrid a las revisiones y ajustes de medicación y, con el tiempo, abandonó los viajes. Entonces, el seguimiento del asma lo empezó a hacer su médico de familia.

Me dijeron que si seguía tomando cortisona llegaría a los 70 en mal estado

"Cuando se jubiló, el médico que le sustituyó me derivó a Neumología del Hula. Primero me dieron un tratamiento con corticoides, pero al poco tiempo de dejarlo ya volvía a tener fatiga y tenía que volver a tomarlo. No podía dejarlos de forma definitiva", señala.

Finalmente, fue derivado a la unidad del asma de difícil control. "Me dijeron que si seguía tomando cortisona llegaría a los 70 en mal estado. Inicialmente me dieron una vacuna, que no funcionó. Después me dijeron que había un tratamiento nuevo pero que debía esperar unos meses", explica este paciente.

Formó parte del primer grupo de pacientes que recibió ese fármaco. "Creo que empezamos cuatro y que a todos nos fue bien pero yo fui el único que pude dejar los corticoides. Fue como volver a la vida. Yo creo que hasta el médico se quedó sorprendido de mi evolución. Hace mucho que no llevaba esta vida. De hecho, trabajo con normalidad porque no me he jubilado todavía", explica.

José Luis no ha tenido que volver a Urgencias con una crisis de asma. "Solo pido que pueda seguir con este medicamento porque no me creo lo bien que me encuentro. De verdad que, porque lo estoy viviendo, porque si me lo cuentan no me lo creo", asegura.

Comentarios