Opinión

Son avispas, no avestruces

ESTAMOS EN ese punto donde debería considerarse la velutina como problema sanitario. El descontrol de nidos es un serio peligro al que por ahora tuvo el ingenio patrio, la lentitud científica y una descoordinación institucional como respuesta. No pueden con los jabalíes, ¿por qué habrían de tener éxito con las avispas?

El asunto es serio porque el veneno de la avispa asiática no es exactamente el mismo que el de la autóctona (lo dicen investigadores del campus de Lugo) y en Europa tiene un único enemigo y está desorientado: los humanos.Solo sabemos retirar nidos y colocar algunas trampas mientras el insecto avanza cada pocos meses de forma exponencial. Basta mirar el mapa de retirada de nidos de la Consellería de Medio Rural rpara comprobar un panorama desolador. Sobre todo teniendo en cuenta que los bichos se están adaptando y cada vez tienen más cancha en una Galicia de monte y medio rural avejentado.

Hay velutinas por todas partes, también en zonas de viñedo y hacia el interior de la muy apícola provincia de Ourense. El destrozo en colmenas y frutales está sin cuantificar y las propias cifras oficiales de la presencia de velutinas aparecen dispersas. En  Medio Rural me facilitaron los suyos: 6.784 nidos retirados en A Coruña desde enero hasta el 10 de septiembre pasado, 3.224 en Pontevedra, 1.053 en Ourense y 979 en Lugo, pero habría que sumarles los retirados a cargo de la Consellería de Medio Ambiente o por los GES, que dependen de la Consellería de Presidencia.

Es decir, habría que añadir al menos los neutralizados por el GES de Cervo, los del GES de A Pontenova y las retiradas en concellos que van por libre. En Cervo dice Mario Antuña, al frente de los efectivos GES, que este año la incidencia es menor y también ocurre en otros municipios donde hubo trampeo previo de reinas. En su ámbito de actuación el pasado año retiraron unos 500 nidos frente a 150 en lo que va de 2018, aunque podrían ser algunos más si se depuran los datos de avisos duplicados.
Pero él mismo es realista y asume que entre los eucaliptos puede haber un ejército de velutinas mayor que el de los orcos de El Señor de los Anillos. Se adaptan tan bien, colonizan tan a su gusto, que ni los franceses han podido pararlas en diez años de lucha.

¿Significa todo ello que tenemos que resignarnos a convivir con los nidos colgados de los frutales del jardín, como si de bolas de Navidad se tratara? Creo que no, esconder la cabeza bajo el suelo (allí también puede haber un nido) no es solución. Y comprar drones o escopetas para bajarlos a perdigonazos, tampoco. Hay que escoger medidas eficaces para proteger a las personas y al resto del medio ambiente. No se trata de un problema de las colmenas; en A Mariña la cabaña apícola es muy escasa pero si sumamos los "daños colaterales" de las trampas e insecticidas sobre otros insectos, el estropicio de las propias velutinas sobre todo lo que vuela o madura en los árboles y a la gente que ponen en fuga, pronto veremos graves consecuencias para el medio ambiente.

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