Soledad Torres: "Nos estamos perdiendo la visión femenina en la tecnología"

Esta doctora en Teleco, y directiva de la Asociación de Mujeres Tecnólogas en Galicia, alerta de la falta de alumnas en las carreras técnicas

Soledad Torres en un laboratorio de Telecomunicacións. RAFA FARIÑA
photo_camera Soledad Torres en un laboratorio de Telecomunicacións. RAFA FARIÑA

Cada vez son menos las chicas que cursan carreras técnicas. Esto ha llevado a las universidades gallegas a ir en busca del talento femenino. La doctora en Telecomunicaciones Soledad Torres es directiva de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas en Galicia y participa en el programa Inspirando ás Rapazas a Estudar Enxeñería (IREI) mediante el que la UVigo pretende captar el interés de las alumnas para las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).

Desde hace doce años imparte clases en la facultade de Telecomunicacións de la UVigo. ¿Nota en sus aulas esa falta de alumnas?

Es evidente. Hay muy pocas chicas y además la tendencia es que cada vez vienen menos a las carreras técnicas.

No es una cuestión exclusiva de las universidades gallegas.

No. Un estudio de la Unesco basado en datos del informe PISA, que está hecho a nivel mundial, recoge el fenómeno reflejado en todos los países. Es un problema a nivel planetario.

¿Cuáles son las causas? ¿Falta de referentes femeninos?

Hay muchos motivos. Ese es uno. Desde el ámbito más próximo a las alumnas y a su propia situación personal encontramos problemas de autovaloración, es decir, que no se creen capaces, lo cual no quiere decir que no lo sean.

Pero hay más causas.

Yo te puedo enumerar unas cuantas: hay menos profesoras en asignaturas relacionadas con las STEM; el profesorado carece de formación de género; faltan recursos para estimular el interés de las chicas por estas asignaturas; los recursos docentes siguen perpetuando estereotipos de género... Además, la orientación universitaria, y las opciones de becas siguen careciendo de perspectiva de género. No se paran a pensar si las condiciones y las ayudas van a beneficiar a las chicas o chicos y al final siempre los benefician a ellos. Por otra parte, los factores socioculturales y educativos provocan diferencias de género en la preferencia de asignaturas y en la percepción que tienen ellas de sí mismas. Tienen miedo a confirmar los estereotipos que dicen que las chicas son menos capaces de afrontar estas carreras. Y más: tanto progenitores como profesorado alientan menos a las chicas a estudiar materias STEM; las diferencias en el mercado laboral y en sus salarios... y hay menos modelos femeninos.

Al final es la pescadilla que se muerde la cola.

Es muy difícil salir de la situación. Hay que atacar por todas las vías. Los profesores, en Primaria, en Secundaria, en la propia Universidad, los padres en casa, los medios de comunicación...

"Que no haya mujeres en las carreras STEM favorece la brecha salarial y la diferencia de riqueza entre hombres y mujeres"

La universidad considera que sus carreras técnicas se están perdiendo la mitad del talento.

Eso es una preocupación entre comillas egoísta que tenemos en los centros universitarios. Queremos que los mejores estudiantes vengan a nuestros centros. Si a la mitad de los expedientes brillantes, que son las chicas, ni siquiera se les pasa por la cabeza estudiar nuestras carreras, todos esos talentos no vienen a nuestras aulas. Desde la perspectiva egoísta del profesorado estás perdiendo talento, pero es que desde la perspectiva social las consecuencias son muchísimo más graves todavía.

¿Por qué?

Porque estás perdiendo la visión femenina en el desarrollo de la tecnología. La tecnología lo mueve todo hoy en día. Si en el desarrollo de todo lo que nos rodea no hay mujeres diciendo qué es lo que hay que hacer, a qué problemas hay que responder y cómo hacerlo, al final tienes una tecnología que no responde a las necesidades de las mujeres, con lo cual la distancia entre la tecnología y la mujer cada vez es mayor. Ni nos resulta fácil de usar, ni atractiva, ni responde a nuestras necesidades. Y desde el punto de vista de las propias mujeres, la pérdida es desastrosa también porque los trabajos que están relacionados con las STEM tienen menos paro y mejores retribuciones. Que no haya mujeres en estas carreras favorece la brecha salarial y la diferencia de riqueza entre hombres y mujeres.

¿En clase, sus alumnas hablan de estos temas? ¿Qué percepción tienen de esta realidad?

No es un tema que yo trate en clase. Lo que sí he hecho es una valoración cuantitativa de la autoestima en las chicas utilizando las evaluaciones entre pares como método de evaluación de trabajos en grupo. Analizando estas respuestas con rigor estadístico se demuestra que muchas de estas chicas tienen peor autoestima que los chicos.

Esta semana se ha puesto en marcha el proyecto IREI en la UVigo, que pretende formar a ingenieras y tecnólogas para que se acerquen a las alumnas y sean sus mentoras, sus ejemplos a seguir.

El proyecto ya se desarrolla con éxito en la Universidad de Deusto y es perfectamente exportable a otras facultades. Han hecho un desarrollo impresionante para ayudarnos a la formación de las mentoras y adaptación de material a nuestras necesidades. El punto de partida es muy bueno porque contamos con muchos agentes sociales. Y aquí intervendrá también la Asociación de Mujeres Ingestigadoras y Tecnólogas, con toda su red de contactos.

¿Quién ha sido su referente?

Para mí fue y es muy importante la figura de mi madre. Trabajó en el CSIC y era ayudante de investigación. Siempre fue un ejemplo de lo que se puede llegar a hacer, incluso de que la ciencia es una opción perfectamente válida para la mujer.

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