Blog | El periscopio

Sin pena ni gloria

NO PUDE PRESENCIAR en vivo y en directo el desarrollo del pleno de reprobación al alcalde de Monforte, el socialista José Tomé Roca. Ese día me tocaba descansar y aproveché para hacer varias cosas que tenía pendientes, como cortarme el pelo, pero bueno, a ustedes poco les pueden interesar mis quehaceres. Tal circunstancia no ha sido óbice para que supiese con total detalle qué pasó en la sesión plenaria. Las nuevas tecnologías me acercaron lo hablado en la reunión de la corporación a mi trabajo en forma de grabación en mp3.

Por cierto, algún día sería bueno poner sobre la mesa si el mayor invento de la humanidad fue la rueda o ha sido internet y debatir sobre ello, como lo hicieron los ediles monfortinos sobre la gestión y acción de gobierno de Tomé. Sin embargo, espero que el debate sobre los grandes inventos de la humanidad llegue a tener más sal y picante que el pleno de reprobación.

Y es que no hubo nada nuevo bajo el sol. Los firmantes de la moción, la popular Julia Rodríguez, la independiente Maribel García y la no adscrita Pilar López siguieron el guión escrito hace semanas, por no decir meses. No se apartaron de él, no improvisaron para darle algo de chispa a la cosa.

Sus intervenciones fueron las previstas, volviendo a utilizar calificativos como prepotente y dictatorial para referirse al alcalde, a quien han puesto en su punto de mira, pero, por cierto, con poco puntería para herirlo políticamente.

Fíjense si las intervenciones de estas tres portavoces fueron tan blandas que no escuché a ningún ciudadano referirse a una palabra, a una expresión cargada de fuerza comunicativa, lanzada por alguna de ellas.

Todos con los que hablé del pleno se quedaron con el hecho de que había muchos medios de comunicación presentes, sobre todo televisiones, y que el más incisivo y agresivo fue el portavoz de los socialistas, el abogado Iván Torres, sobre todo cuando dijo que no sabía cómo los monfortinos no corrían a gorrazos a Pilar López, Julia Rodríguez y Maribel García.

Eso es lo que le gusta a la ciudadanía, el cuerpo a cuerpo, los gracejos cargados de ironía o incluso de mala leche, tipo programa televisivo de cotilleo puro y duro.

Como decía, fue un pleno políticamente correcto, con solo un gorrazo dialéctico, el de Torres. Se limitaron a reprocharle al mandatario local que no escuche como debiera a la oposición, argumentando que así lo debería hacer desde el momento en el que disponen, en conjunto, de más concejales que su grupo, diez por seis.

También sacaron a relucir asuntos como Aqualia o las parcelas que el Ayuntamiento tiene en el polígono industrial de O Reboredo, dos casos en los que todos, a excepción de Esperta Monforte por no formar parte de la corporación hasta hace dos años, están en mayor o menor medida tiznados.

Lo dicho. El pleno de reprobación a José Tomé ha pasado sin pena ni gloria. Quedará registrado en las hemerotecas, sí, pero como la primera vez en la historia municipal que se presenta una moción en tal sentido contra un alcalde, no por la contundencia de las acusaciones.

Y si esperan que pueda darse una moción de censura para arrebatarle el bastón de mando, olvídense. La conocida como ley antitransfuguismo, que en el caso que nos ocupa es en realidad modificaciones realizadas en la Ley de Bases de Régimen Local, impide tal situación, ya que articuló medidas para, y cito textualmente, "frenar y reducir el condenable fenómeno de deslealtad política conocido como transfuguismo", adoptando una serie de medidas, como la creación de la figura legal de los concejales no adscritos, que además de no poder integrarse en grupo alguno no pueden apoyar tal moción.

Lo único que le queda a la oposición para fastidiar a Tomé será su negativa a apoyar los presupuestos municipales del próximo año y de 2019.

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